El lunes 18 empezó el paro magisterial liderado por la facción dirigida por el profesor Pedro Castillo: De acuerdo a todas las fuentes consultadas en la mayor parte del país el paro aparece desapercibido lo cual es indicador que a muchos maestros lo que les importa es cumplir con sus funciones lo que no significa que se olvide los justos reclamos que formulan. En tanto hay un ofrecimiento de gobierno de presentar una propuesta gradual de mejoras de remuneraciones para los próximos años. Esperemos que sea pronto.
El artículo previo que escribí se refería al anuncio del paro. Hacía un llamado a que no se perjudique al estudiantado. Los impactos de estas paralizaciones son a largo plazo y afectan la competitividad de nuestros niños y jóvenes.
Sobre el artículo anterior he recibido distintos tipos de comentarios, desde los que están de acuerdo y los críticos a mi posición. Comparto la opinión de la mayoría de docentes que reclaman no solo mejores sueldos, sino también mejores condiciones de trabajo. Ello es indiscutible, lo que hay que tener es una propuesta respecto de cómo lograrlo. No es un tema fácil porque a pesar de tener una economía muy mejorada respecto al pasado, todavía es una economía de grandes limitaciones.
Lo dije alguna vez. Entre el año 2000 y 2017 la matrícula en colegios estatales disminuyó en un millón de estudiantes. Lo lógico era pensar que ese descenso significaría controlar los procesos de contrato y nombramiento. No sucedió así. Frente a esa disminución del alumnado los docentes aumentaron en 100 mil. Mi opinión personal es que si se hubiese manejado bien las políticas de nombramiento y contrato docente los docentes tendrían oportunidad de ganar más.
Insisto en lo que he dicho en varios mensajes. Es hora que el magisterio se organice formulando propuestas propositivas de política educativa. No solo reclamo y remuneraciones. Los maestros son los mejor llamados a aportar en los temas curriculares, de capacitación, de mejora de la gestión. Además es indispensable que formulen mejoras de incremento salarial que tengan sustento en estudios económicos y las posibilidades del país de financiamiento. Si no se hacen ese tipo de estudios lo que puedan presentar como aumento los dirigentes sindicales carecerá de credibilidad.
Estas consideraciones no significan de modo alguno estar en contra de los aumentos, pero si creo, por la experiencia que he adquirido en mis trabajos en el país y varios países del mundo, que el gremio necesita modernizarse, desarrollar estrategias renovadas de negociación y propositivas para la mejora de la educación peruana.
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