Contaminación del aire, enfermedades y educación



Contaminación del aire, enfermedades y educación
Las afecciones derivadas de la contaminación del aire en el entorno educativo tienen un impacto negativo en el aprendizaje, así lo señalan los especialistas en la salud infantil. Aseguran que pueden generar inflamación cerebral y perjudicar la maduración, volviendo más lento el desarrollo de algunas funciones vitales en niños en edad escolar.

Cuando tenemos niños, tenemos varios termómetros en casa. Queremos asegurarnos de tener uno a mano cuando alguno de ellos manifiesta fiebre, frecuentemente asociada a un cuadro gripal o a un resfrío, muy habituales a temprana edad.

Los llevamos al médico, los medicamos como nos indican y esperamos que se curen, pero jamás pensamos que aquel diagnóstico puede inferir en su educación.

Pues parece ser que un termómetro o un aspirador nasal son más importantes de lo que creíamos. Las patologías pulmonares y cardiorrespiratorias afectan a los infantes en edad escolar de dos principales formas. En el desarrollo, crecimiento y funcionamiento de sus pulmones, y en la posible inflamación del cerebro que desorganiza el sistema neuronal, lo interfiere y ralentiza sus habilidades.

La injerencia en el rendimiento escolar
Algunos estudios han revelado que estas enfermedades están vinculadas con problemas de aprendizaje, pero la relación no puede trazarse de manera ligera porque depende de muchos otros factores, de un importante número de variables que inciden en la calidad educativa, como la capacidad de los maestros y profesores y las características del establecimiento escolar. No es algo fáctico como el resultado de un termómetro digital.

Pero, con muestras de evaluación del aprendizaje de suficiente tamaño, los resultados dicen "Sí". En Estados Unidos, América del Sur y Japón se han relevado poblaciones grandes. A nivel individual no hay pruebas del impacto directo, pero sí a términos grupales. Las investigaciones demuestran que una persistente contaminación del aire en la escuela afecta el aprendizaje.

Impacto en el sistema respiratorio y cardiovascular
Así como el termómetro digital precio afecta nuestro bolsillo, la contaminación del aire incide en la capacidad de atención de los niños y las niñas. Las partículas de plomo son uno de los responsables. Provienen de tuberías y de infraestructuras y materiales empleados por la industria, y están presentes en el aire que respiran. Se sospecha que la inhalación de este tipo de metales puede causar problemas en el desarrollo cerebral.

Actualmente, el plomo ya no está presente en la gasolina, ya no es responsable de la contaminación, pero hay otros elementos que pueden generar problemas de salud mental infantil. 
Los combustibles diesel emiten gases que se coagulan en la atmósfera y precipitan en forma de partículas ultra finas, imperceptibles, pero muy contaminantes y muy negativas tanto para el sistema respiratorio como para el cardiovascular.

El termómetro precio ya cobra otro sentido, ¿no? Más allá de las áreas industriales, esta contaminación está presente en cualquier zona urbana. La respiramos todo el tiempo y afecta nuestro sistema respiratorio y también el cardiovascular, es decir, los pulmones, el corazón y las arterias de nuestro cuerpo. Y en el caso de las embarazadas, además en la gestación del bebé.

Cuando una embarazada inhala aire contaminado, el feto puede tener bajo peso. Y el peso insuficiente al nacer incrementa el riesgo de presentar problemas respiratorios, a lo largo de toda la vida, según los especialistas en medicina reproductiva. 
Todos conocemos alguna familia en la que el aspirador nasal para bebé es casi un integrante más. En cuanto a los niños de edad escolar, los efectos cerebrales podrían revertirse de eliminarse la contaminación.

¿Cuál es la solución?
Está comprobado que la contaminación es determinante en la calidad de vida y responsable de muchas enfermedades y numerosas muertes. Se calcula que genera millones de muertos anuales a nivel mundial, cerca de nueve millones de personas fallecidas por partículas de combustión. Y esas cifras no pueden esperar, sobre todo, cuando hablamos de niños y niñas de temprana edad.

Eliminar los vehículos motorizados sería sin dudas una solución definitiva que mejoraría notablemente nuestra salud y disminuiría la necesidad de contar con un succionador de mocos siempre a mano.

El mundo avanza hacia modelos de automóviles eléctricos, pero es un proceso lento. Mientras tanto, al menos debería limitarse la circulación vehicular cerca de los establecimientos educativos.

El terrible plus del cambio climático
Nunca antes se usaron tanto los saca mocos para bebé, y es porque el cambio climático ha impactado notablemente en la variación de la temperatura y en la cantidad y frecuencia de las precipitaciones.

Los cambios bruscos de temperaturas bajas a altas y viceversa nos encuentra mocosos la mayor parte del año. Sumado al desorganizado proceso de floración de las plantas.

Al ritmo del cambio en el clima, el mundo vegetal vio afectado su ciclo normal. La etapa de floración se adelanta y se extiende en el tiempo, generando resfríos en bebés, niños y adultos, provocando cuadros de alergia y asma. Esto sucede porque el polen interactúa con las partículas contaminantes del aire y los datos científicos confirman que esa combinación incrementa el riesgo de desarrollar patologías inmunitarias.

Los trastornos cognitivos en adultos mayores
Los adultos mayores también son afectados por la contaminación del aire. La falta de oxígeno durante la noche puede provocarles daños cerebrales y deterioro cognitivo, así lo demuestra una investigación norteamericana.

Esto es muy grave dado que estas patologías afectan muchísimo tanto a los pacientes como a su entorno familiar, repercute directa y notablemente en su calidad de vida.

Estas afecciones producen pérdida de memoria, orientación y atención. Inconvenientes con el lenguaje, el aprendizaje, el juicio y la conducta. El deterioro cognitivo altera parcial o totalmente funciones intelectuales vitales y está presente en gran parte de las personas de la tercera edad. Se estima que entre el 14 y 17% de los adultos mayores de 65 años lo padecen. Y alrededor del 22% cuando superan los 85 años.

Bebés, niños, adultos y adultos mayores se ven afectados por la contaminación del aire desde antes de nacer y hasta el último tramo de vida. Ya es hora de tomar medidas.



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