Con el mismo título posteé ayer la sugerencia de darle más tiempo a la Ministra Marilú Martens para avanzar con los requerimientos de su sector, cosa en la que quisiera profundizar.
En ninguna actividad profesional o política -ni en nuestro rol de padres- "se nace sabiendo". Mientras uno no se monta sobre el caballo, no se vive y asume cabalmente lo que significa el rol a ejercer. Al hacerlo, hay una curva de aprendizaje que es inevitable y costosa para todos, que requiere paciencia y apoyo (siempre que no involucre trasgresiones éticas o delitos).
Un cambio de Ministro, (más aún en un sector en el que no abundan candidatos maduros para entrar, empalmar y correr), solo augura una nueva curva de aprendizaje y reacomodo de equipos que implica un temporal ejercicio débil del poder, que solo beneficia a los interesados en desestabilizar al gobierno y tener un ministerio a la defensiva que facilite el avance de quienes tienen intereses propios que son los de la educación nacional ni del bienestar colectivo.
Es curioso que los maestros que reclaman capacitación previa a la evaluación punitiva y oportunidades de enmendar errores o deficiencias, incluyendo su no-despido así evidencien reiteradas veces ser incompetentes, reclamen una evaluación punitiva a la Ministra de Educación Marilú Martens, sin darle la oportunidad de enmendar errores, ajustar estrategias ministeriales y además cumplir los compromisos asumidos.
Personalmente yo apuesto por que los educadores tengamos esa visión lo que implica dar la oportunidad a la gente bien intencionada de aprender de los errores o ineficiencias, corregir y avanzar.
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