Pandillas motivacionales de Moyobamba, expresión de identidad cultural
Con toda la algarabía de siempre, la población de Moyobamba, vive las fiestas tradicionales de San Juan y San Pedro. Y como parte de sus actividades festivas se rescató una expresión de identidad selvática, las pandillas motivacionales donde participa la población de diversos barrios de la capital de la región San Martín.
Uno de los gestores de estas pandillas motivacionales es David Landa Tucto. Todo empezó cuando se organizó la escenificación de la pandilla, el baile tradicional de San Martín, para convertirla en la escenificación de la danza tradicional más grande del mundo en 2017 y que recibió el reconocimiento mundial "Guinness World Records-2017". Un total de 1,585 parejas participaron de este baile masivo.
Según David Landa, el 18 de junio del año 2001, nacieron "Las pandillas motivacionales"; una idea loca que se convirtió en locura colectiva. "Antes de las pandillas motivacionales, esta danza en Moyobamba iba en retirada, se diluía, tendía a desaparecer. Su práctica se iba reduciendo a la danza de los viejitos o románticos del pasado, a los jóvenes de antes del 2001 no les interesaba. Lo que se imponía poco a poco era el huayno, el "silulo" o cualquier otra danza de la mayoría migrante cajamarquina y piurana, quienes empezaban a imponer su rasgo cultural desde la Feria Agropecuaria (erradamente permitida en junio, debería ser en Julio), explicó.
"Recuerdo que esto nos molestaba, nos sublevaba, a tal punto que el director del INC Adrián Mendoza prohibió que se pusiera una "yunsa" en la feria, aduciendo que esa no era tradición selvática. Error cometido con la mejor intención de un defensor de la amazonia y de todo lo amazónico; nadie puede prohibir una manifestación cultural de cualquier grupo minoritario o mayoritario, las culturas van cambiando y las más fuertes o imaginativas se van imponiendo sobre las más débiles o menos creativas, esto es lo que venía sucediendo", expresó Landa Tucto.
En el gobierno municipal de Ramón Leveau, se me encargó la Presidencia de la Comisión de Promoción Turística a la que decidimos llamar Coptur. Con el cargo a cuestas visité a los "patriarcas moyobambinos" (me acompañaron Lito Acosta con la video cámara y Juanita del Águila de Dircetur), entre ellos Juan Clímaco Vela y Edilberto Góngora Panduro, ambos del barrio Lluyllucucha. Al primero le pregunté cómo eran las pandillas en el pasado. Me contó que estas surgían espontáneas desde antes del día central de la fiesta de San Juan; que algunos venían de viaje de cualquier lugar, visitaban a los familiares, se tomaban unos "chados" y luego ya "calientes" se ponían a danzar; eufóricos se lanzaban a la calle, arrastrando a cuanto vecino curioso, así y tal como estaba vestido en ese instante, con su llanque, con su zapato o zapatilla, con su sandalia, con su pantalón de chacra o de "domingo", con su pollera o falda, con su blusa de calle o de cocina, con su pretina al hombro o con su camisita "dominguera"; con o sin sombrero, gorra o pañueleta, con lo que lo encontraba, era espontanea. "Pero ahora todo ha cambiado, todos son extraños venidos de otros lados, ya no hay vecinos conocidos, desconocen nuestras costumbres, la pandilla desaparece. Así me contó: Don Juan Clímaco, recordó el creador de las pandillas motivacionales.
"Me quede cavilando, bullían en mi mente las imágenes estrepitosas, multicolores, movedizas de los danzantes de pandilla de aquella época. Entonces tuve una visión y tomé una decisión, la de promover el retorno de la pandilla que ya casi ningún joven quería bailar, lo emprendería en cada barrio. Deberían pandillear hasta la plaza: Los de Belén desde Shango y aglutinaban a los del San Juan de Maynas, les pondría una umsha en la esquina del Banco de la Nación. Los de Calvario, desde Doñé, con su umsha en la equina del Germán Tejada Vela. Los de Zaragoza desde el Pedagógico y Serafín, con su umsha frente a la PNP. Los de Lluyllucucha, desde el cementerio, con su umsha en la esquina de la Dircetur", evocó Landa Tucto.
Conmemoró que la primera pandilla, a la que llamamos motivacional, se concentró y partió desde el barrio de Calvario, un 18 de junio del 2001 a las 14:08 horas. Allí comenzó la locura y el repunte de nuestra pandilla en Moyobamba. Pronto estaban los hermanos inmigrantes (profesores algunos) bailando una pandilla medio "huayneada", acotó.
Las Pandillas Motivacionales nacieron teniendo como plataforma a los colegios, principalmente Ignacia Velázquez, San Juan de Maynas, Serafín Filomeno, el Instituto Superior Pedagógico Público GJSM, y Áreas Técnicas, todos ellos con mayoría de alumnos descendientes de inmigrantes andinos "shishacos" como cariñosamente unos lo llaman, mientras otros lo hacen de manera despectivamente.
La característica fundamental de la pandilla es su espontaneidad, allí estriba su originalidad, como todo en la Amazonia, no hay reglas "cuadriculadas", la única regla es el jolgorio, la algarabía, el festejo alegre y el orgullo por la patria primigenia o por la patria adoptada, si es que se viene de otro lugar. De lo dicho se concluye que también hay lugar para los que acertadamente quieren manifestarse con una vestimenta que haya caracterizado nítidamente a algún periodo de la rica evolución cultural de nuestra amada ciudad.
"Cuando uno tiene una idea en la que confía, también tiene que tener las agallas y decisión para promoverla, defenderla e imponerla, por encima de la burla, mofa, escarnio y desaprobación de los que jamás hicieron nada. El político convertido en autoridad, debe dejar de lado el temor al ridículo y apostar por lo que cree. Es lo que hizo el alcalde de ese entonces, Ramón Leveau Ramírez", mencionó.
El caso del Baño Bendito, es otra singular, importante y fenomenal iniciativa, que también propició y patrocinó el alcalde de aquel entonces, Ramón Leveau, siendo su rescatador, promotor y financista el empresario trujillano Alberto Tresierra, a quien le debe la cultura local particular e inmensa gratitud por el aporte.
"Ambas actividades (Baño Bendito y Pandillas Motivacionales) son propiciadas por personas que no nacimos en Moyobamba, pero que la adoptamos con cariño como nuestra ciudad y aportamos a ella con total desprendimiento y devoción ciudadana: Ramón Leveau, Alberto Tresierra y este humilde servidor", concluyó David Landa Tucto.
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