Lamentablemente, no es la primera vez que el ministro Becerra se comporta de esta forma. En el pasado, ha sido acusado de faltarle el respeto a periodistas y otros miembros de la sociedad civil que lo cuestionan.
Además, en el mismo evento, el ministro mostró públicamente su apoyo a la pena de muerte y pidió el retiro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sus declaraciones han generado una ola de críticas por parte de diversos sectores de la sociedad.
Es importante destacar que la labor de los medios de comunicación es fundamental para la democracia y para garantizar que los funcionarios públicos rindan cuentas ante la ciudadanía. El uso de adjetivos denigrantes y ataques personales como los que usó el ministro Becerra no son aceptables y deben ser condenados por todos.
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