Según los datos más recientes de la administración local, Nueva York ha registrado 6.000 solicitantes de asilo solo en los últimos tres meses y espera que al menos 1.000 menores, con edades desde los 3 y 4 años, entren en el sistema educativo público en el nuevo curso que empieza el 8 de septiembre.
El objetivo del plan, llamado "Proyecto de brazos abiertos", es brindar una serie de servicios académicos, socioemocionales y de aprendizaje de idiomas a esos niños para que se ajusten a su nuevo entorno, con recursos específicos para las familias que estén viviendo en los albergues para los sintecho, según una nota.
Los departamentos de educación, inmigración y servicios sociales locales se han involucrado en la iniciativa, que busca también simplificar el proceso de matriculación, dar acceso a servicios pediátricos y entregar a las familias mochilas y otros materiales que sus niños necesitarán para ir a clase.
Además, el plan prevé dar todo ese apoyo a las familias inmigrantes en sus idiomas maternos y hacer que las escuelas de acogida estén equipadas con profesionales que faciliten el aprendizaje de un segundo idioma y evalúen las necesidades sociales y emocionales de los menores.
Miles de inmigrantes indocumentados han llegado a la Gran Manzana este verano en autobuses fletados desde Texas y Arizona, y muchos de ellos han entrado en el sistema de albergues para personas sin hogar, cada vez más desbordado, aunque también se alojan en casas de familiares, amigos o espacios provistos por ONG.
Las autoridades de Nueva York han acusado al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, de hacer juego político con estas personas, la mayoría de origen latinoamericano, y de no coordinarse con el Gobierno federal, mientras que este critica la política migratoria federal que, dice, ha llevado a una crisis en su territorio.
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