No he compartido ni comparto esta posición porque era y es evidente que la educación básica de los estudiantes requiere de espacios físicos, sociales y simbólicos, en los cuales los directores, tutores, docentes y auxiliares eduquen en una "mediación pedagógica directa entre el currículo y los educandos", por cierto, en una dinámica social, no solo en las aulas, sino también en los laboratorios, talleres campos deportivos y patios. Por eso es urgente que vuelvan -siempre y cuando haya condiciones de bioseguridad-las actividades presenciales sobre todo para los niños de educación inicial.
En contraposición a lo que sostengo, muchos podrían inferir que la actual educación a distancia no es útil para lograr los aprendizajes, y no es así. Por supuesto, no remplaza a la educación presencial, pero bien diseñada y desarrollada resulta pertinente en las actuales circunstancias, mediante actividades virtuales sincrónicas y asincrónicas, con el apoyo de los padres y el acompañamiento de los maestros.
Lo que es indiscutible es que en los próximos años post pandemia la educación presencial no será la misma de antes. Las clases serán potenciadas utilizando- además de recursos bibliográficos, audiovisuales, experimentales y testimoniales- las nuevas tecnologías y servicios digitales. Pero, sobre todo, con actividades que darán importancia a lo socio-emocional y no solo a lo cognitivo-intelectual, con docentes con competencias digitales y más innovadores , así como con familias más participativas.
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