El 99.6 % de las 54,848 instituciones educativas públicas del país tiene acceso al servicio de agua, el 99.5 % (54,809) tiene acceso al servicio de desagüe y el 92.7 % (51,041) al servicio de energía eléctrica, y si se toman en cuenta los tres servicios de forma simultánea se concluye que el 92.6 % (50,963) de los colegios públicos cuenta con ellos.
En Lima Metropolitana, el 99.8 % (2,023) de los colegios públicos cuenta con acceso al servicio de agua, el 99.7 % (2,020) tiene acceso al servicio de desagüe y el 97.9 % (1,985) a la energía eléctrica, de modo que el 97.8 % (1,983) tiene los tres servicios básicos de forma simultánea.
Si bien a nivel nacional el 99.6 % de instituciones educativas accede al servicio de agua, solo el 58.5 % lo hace a través de una red pública. , un 6,7% lo hace a través de un pilón de uso público , un 12% obtiene este servicio a través de un camión cisterna o similar y un 10.7% lo hace a través de un pozo. Mientras que un 13,6 % a través de un río, acequia o similar y un 9,3% de otra forma.
En cuanto al servicio de desagüe, a nivel nacional, del 99.5 % de instituciones educativas que tiene acceso a este servicio, el 36.7 % lo hace a través de una red pública; el 25.2 %, a través de un pozo ciego; el 31.4 %, a través de un pozo séptico; el 5 %, a través de un río, acequia o canal, y el 1.7 % lo hace mediante otro tipo de conexión. En Lima Metropolitana, del 99.7 % con acceso a este servicio, el 92.5 % lo hace a través de la red pública.
En lo que se refiere al acceso nacional al servicio de agua, en las zonas urbanas esta cobertura es del 99.7 %, en tanto que en las zonas rurales llega al 99.5 %. En lo que respecta al servicio de desagüe, la cobertura es de 99.6 % y 99.5 % para los colegios públicos de las zonas urbanas y rurales, respectivamente.
En lo que atañe al servicio de energía eléctrica en los colegios públicos, el acceso a nivel nacional es de 97.2 % para las zonas urbanas y de 90.2 % para las zonas rurales.
De otro lado, en Lima Metropolitana el 68.6 % (1,390) de los colegios públicos tiene acceso al servicio de Internet, aunque a nivel nacional este porcentaje varía al 20.4 % (11,232) de las instituciones educativas.
En todo el país existen 55,058 locales educativos públicos, de los cuales 2,027 pertenecen a la región de Lima Metropolitana y 53,031 pertenecen a las demás regiones.
Módulos prefabricados
De otro lado, con el fin de que más estudiantes cuenten con mejores condiciones de infraestructura educativa, el Ministerio de Educación, mediante sendas resoluciones ministeriales publicadas en el diario oficial El Peruano, dispuso la homologación de tres tipos de módulos prefabricados con características específicas para las diferentes condiciones climáticas de cada región de nuestro país.
Los 3 tipos de módulos prefabricados son las aulas tipo sierra, heladas y selva, para lo cual se han cumplido todas las normas nacionales y sectoriales de diseño. Cada tipo de módulo brindará espacios educativos con el confort térmico y lumínico adecuado para el desarrollo de las actividades pedagógicas y el logro de los aprendizajes esperados en nuestros niños y adolescentes.
Con este objetivo, se han considerado las características específicas de cada zona bioclimática, como la temperatura media anual, humedad relativa media, velocidad del viento, dirección predominante del viento, radiación solar, horas de sol, precipitación anual y altitud. Esto ha permitido diseñar espacios para obtener temperaturas adecuadas en el interior, ya sea en lugares de mucho calor o con temperaturas frías, aprovechando las condiciones climáticas de cada zona.
Por ejemplo, los estudiantes de las zonas altoandinas, donde se presentan las heladas, contarán con un espacio abrigado que no perjudique su salud ni el desarrollo de sus actividades pedagógicas, mientras que los niños de la selva podrán estudiar en un ambiente fresco y ventilado, protegidos de los vientos y la radiación solar.
La homologación de estos módulos contribuye a la atención oportuna de las necesidades de infraestructura educativa, pues mejora la eficacia y eficiencia en los procesos de adquisición, ahorrando un 50 % del tiempo de convocatoria. Además, atenúa las controversias durante la etapa de selección y, al estar estandarizados los módulos, garantiza una calidad técnica uniforme de los bienes adquiridos.
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