Debe resaltarse esta respuesta de los educadores porque investigaciones nacionales y los resultados de las evaluaciones de sistema sobre formación ciudadana en el Perú muestran que, en muchos casos, las instituciones educativas son parte del problema y no de la solución, es decir refuerzan una cultura autoritaria en lugar de promover la formación ciudadana. Desfiles militares, brigadieres, uso de las calificaciones para someter la libre expresión del estudiante son prácticas que todavía forman parte del ADN de la cultura escolar peruana, y en la formación docente la infantilización de los futuros docentes está todavía muy extendida. Ni qué se diga de tratar los temas de la actualidad nacional o de la vida política del país, que son en muchos casos temas tabú dentro de las cuatro paredes de la escuela.
El Proyecto Educativo Nacional al 2036 plantea la generación de una cultura ciudadana y la construcción de una institucionalidad democrática como los dos aspectos del propósito de ciudadanía. Este fin de año el tema de la institucionalidad democrática debiera ser un tema tratado en toda escuela, instituto y universidad para que los estudiantes consoliden en el aula lo que han aprendido en las calles. Si el COVID 19 nos ha enseñado que lo digital y el bienestar socioemocional han entrado a la escuela para quedarse, las movilizaciones de estos días deben llevar a que la educación ciudadana se instale en la educación , liderada por los docentes del bicentenario y que la enseñanza de la Constitución y los derechos humanos, obligatoria por mandato de la Constitución (art. 186) se constituya en una condición básica de calidad para el licenciamiento de escuelas, institutos y universidades.
Comentar esta noticia