Hace dos años escribí un artículo sobre la experiencia innovadora del profesor Walter Velásquez, que trabaja en la Institución Educativa Santiago Antúnez de Mayolo, en la localidad de Colcabamba, provincia de Tayacaja, en Huancavelica. Había ganado el Concurso Maestro que Deja Huella que anualmente convoca Interbank. Trascurrido un tiempo, conversaba nuevamente con él sobre sus nuevas experiencias como profesor de ciencias. Quedé muy impresionado de su incansable progreso y pensando en todo lo que un maestro puede hacer en medio de contextos muy pobres como el que trabaja y en donde la ayuda del Estado es muy eventual, insuficiente y, en muchos casos, descontextualizada y más fiscalizadora.
Como él, hay miles de maestros que permanentemente están buscando maneras de mejorar sus prácticas educativas en beneficio de sus estudiantes. En el área de ciencias, Walter Velásquez busca incorporarlos en el mundo de la indagación, la experimentación, el descubrimiento y la investigación, tan fundamental en una sociedad como la que vivimos.
El trabajo del profesor Velásquez no es aislado. Sus principales colaboradores son sus alumnos a quienes los va formando desde los primeros años de la secundaria; inicialmente con procesos científicos sencillos pero que tienen como finalidad motivarlos y desarrollar capacidades que tiendan a participar en experiencias de mayor complejidad. Hay ocasiones en las que combina la presencia en un proyecto de alumnos de grados superiores con los que recién empiezan.
Entre otras innovaciones, aprovecha la robótica como una herramienta que permite a los estudiantes emprender varias iniciativas de investigación. Por ejemplo, la construcción de un brazo robótico o objetos con movimiento, tubos que no necesitan conectarse a la corriente eléctrica para producir luz.
Una de sus iniciativas ha sido crear un laboratorio de Astronomía. Desde allí sus alumnos tienen la ocasión de explorar lo que existe en el espacio y encontrar muchas explicaciones sobre su estructura y los fenómenos que allí se producen. ¿Cómo lo hacen? No necesariamente hay necesidad de contar con un telescopio. Ha encontrado que es posible instalar un programa gratuito que permite tener el telescopio en un computador o en todos los computadores con los que trabajan los alumnos. Si ingresan a la siguiente dirección: https://stellarium.org/es/ podrán obtenerlo. Además, existen tutoriales en español que facilitan su uso.
Es interesante anotar que el profesor Velásquez ha logrado establecer una cordial relación y colaboración con algunos observatorios de otros países, inclusive con un Premio Nobel de Física, que de vez en cuando le ayuda a dictar sus clases. También aprovecha cursos gratuitos que dan connotados especialistas en tecnología y enseñanza de las ciencias en beneficio de su actualización profesional.
El pueblo donde funciona la escuela está en una zona volcánica, ahora inactiva. No obstante, ofrece mucho para investigar, lo que también es aprovechado por sus estudiantes que pueden estudiar los componentes químicos que allí existen, su antigüedad, incluso restos de personas y animales que pudieron vivir por esa zona. Atención especial también merece el estudio de las plantas y los olores que a partir de ellas se pueden producir.
Algunas de estas actividades están permitiendo comercializar productos. Los recursos sirven para comprar insumos o algún material complementario al ya disponible. A la vez que ingresan al aprendizaje de las ciencias, los alumnos con esas actividades van adquiriendo capacidades de emprendimiento.
Quizá uno de los aspectos más valiosos que logra la experiencia del profesor Velásquez es una exitosa combinación de uso de recursos digitales y los que se encuentran en la comunidad, llegando a demostrar que no se necesita una gran inversión para tener un laboratorio y lograr una muy buena calidad de la enseñanza de las ciencias. Son factores que han logrado transformar la motivación y autoestima de sus alumnos y padres de familia, los que ven que cada día sus hijos progresan y adquieren habilidades que le servirán para vivir en un mundo de cambio tan dinámico como el que existe. Muchos de los reconocimientos de la institución educativa son gracias al esfuerzo y dedicación de sus alumnos y la orientación que les da el profesor Velásquez.
Son solo una parte de las muchas innovaciones que trabaja el profesor Velásquez con sus alumnos. Su obra es ya conocida en la región habiéndose convertido en un referente y centro de atención para profesores de otras escuelas que constantemente están visitando la Institución Educativa Santiago Antúnez de Mayolo.
¿Pueden desarrollar innovaciones similares otros profesores? Claro que sí. Es cuestión de decidirse y perseverar. Las ganancias en términos de satisfacción de lo que puede lograrse no tiene precio.
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