Orval, la primera universidad a la que la Sunedu denegó el licenciamiento, se prepara para apelar la decisión y evitar su cierre. En paralelo, estableció un convenio con la USIL para facilitar el traslado de su alumnos: Luego de que la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) denegara el licenciamiento a la Universidad Peruana de Arte Orval, ésta declaró que apelará a la decisión del organismo estatal. En paralelo a su estrategia legal, la universidad tiene como plan de contingencia un convenio con la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) para el traslado de sus alumnos.
"La universidad [USIL] nos indicó que [lo ideal era que] los alumnos terminen el semestre para que acumulen el máximo de créditos y hacer las convalidaciones. Seguiremos coordinando con ellos para ajustar mallas [curriculares] y contenidos", dice Mercedes Berdejo, fundadora y decana de Orval. A la fecha ningún alumno se ha trasladado. "Donde tenemos mayor problema es con los empleados, porque se quieren ir", añade.
Otras universidades están tomando acciones para atraer a los 176 estudiantes de Orval. La Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), que ya está licenciada, informó en un comunicado que tiene un plan de articulación curricular especialmente diseñado para ellos. Habrá un taller de integración desde octubre hasta marzo.
¿IRREGULARIDADES EN EL PROCESO?
Para que la Sunedu emita una resolución favorable, la entidad educativa pasa por una primera fase de revisión documentaria, en la que se revisa el cumplimiento con las condiciones básicas de calidad (CBC); si éstas no se cumplen, la superintendencia establece observaciones. Éstas se podrían levantar con un plan de adecuación, el cual deberá ser aprobado por la Sunedu. La visita presencial es el penúltimo paso del licenciamiento, en la que se verifica in situ el cumplimiento de las CBC. Por último, se emite una resolución dictaminando si la licencia es otorgada o no.
Orval argumenta que existieron una serie de irregularidades en el proceso de licenciamiento. Por ejemplo, el centro de estudios sostiene que Sunedu nunca dio una respuesta a su plan de adecuación en un periodo de cinco meses (de agosto del 2017 a enero del 2018), tras lo cual pidió dejar sin efecto la evaluación de este plan y proceder con la evaluación del levantamiento de observaciones, es decir, volver a la fase de revisión documentaria.
En junio de este año, Sunedu realiza una "diligencia de actuación probatoria" para recabar información actualizada sobre la universidad. Miguel Lecca, secretario general de Orval, indica que "Sunedu comunicó, mediante un documento, que la visita [entre el 14 y 15 de junio] no constituía una verificación presencial ya que era para un recojo de documentación. La resolución [de denegación de licenciamiento] desconoce que nosotros todavía nos manteníamos en un proceso de evaluación, ya que no habíamos concluido la primera etapa [revisión documentaria]".
A fines de junio, la Sunedu precisó algunos aspectos relacionados a la evaluación de las CBC, flexibilizando plazos relacionados al plan de adecuación. El objetivo era agilizar el proceso de licenciamiento institucional. La superintendencia dejó establecido que las universidades no se licenciarán si desaprueben o no presentan su plan de adecuación, respetando los nuevos plazos.
Orval asegura que sí cumple con las CBC y que la Sunedu debió requerir un nuevo plan de adecuación, mas no denegarles el licenciamiento.
Entre las principales fallas de Orval decretadas por Sunedu, están el bajo porcentaje de docentes a tiempo completo (5.9% de docentes a tiempo; según la Ley Universitaria, debe ser mayor a 25%), falta de fomento de la investigación, no contar con talleres y equipamientos adecuados, no contar con las horas exigidas por ley y no contar con los mecanismos para la inserción laboral de los estudiantes. "Ocho de nuestros 34 docentes son a tiempo completo y tenemos una ocupalidad [de empleo] de más de 90%", asegura Berdejo.
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