La IE Niño de San Cristóbal beneficiará a 78 alumnos de nivel inicial, quienes estudiarán en armonía con su legado histórico: Ejecutar obras en una zona declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad, demanda cuidados y coordinaciones muy especiales para no atentar contra las riquezas arqueológicas. Por ello, el Ministerio de Educación (Minedu), a través del Programa de Infraestructura Educativa (Pronied), viene supervisando la ejecución del proyecto de mejoramiento de la IEI Niño de San Cristóbal en el centro histórico del Cusco, en coordinación con el Ministerio de Cultura y el Gobierno Regional del Cusco.
Esta obra que beneficiará a 78 alumnos de nivel inicial, se hizo posible gracias al convenio de transferencia de recursos económicos entre el Minedu y el Gobierno Regional del Cusco, el cual recibió los fondos para la ejecución de este importante proyecto.
El colegio Niño de San Cristóbal está ubicado en medio de varios monumentos y vestigios incas. Desde el inicio de la obra se contó con un monitoreo constante por parte del Ministerio de Cultura, que tiene asignado a un supervisor residente de monitoreo arqueológico, que trabaja coordinadamente con los ingenieros de la unidad ejecutora y del Pronied.
Para el Ing. Iván Aparicio, Jefe de la Unidad Zonal del Pronied en el Cusco, este proyecto es muy especial debido a las múltiples coordinaciones que se realizan para avanzar en las obras y no causar ningún daño al patrimonio cultural. "Hay muy pocos colegios en el centro histórico del Cusco, por lo que el impacto social que tendrá esta obra será muy bueno. Las personas a veces tienen que buscar colegios a 20 minutos del centro del Cusco", comentó.
Respecto a la construcción, el Ing. Aparicio manifestó que se hace respetando todos los cánones de ornato y paisaje de la capital cusqueña. Además, durante la ejecución de los trabajos se han encontrado piezas arqueológicas que han sido entregadas al Ministerio de Cultura, de acuerdo al protocolo establecido.
"Cuando se encuentra objetos arqueológicos, se le entrega al monitor del Ministerio de Cultura y este lo lleva a evaluación a su institución. Hemos encontrado muchas piezas que las han considerado "museables', pero las que son "no museables' nos la entregan para volverlas a enterrar", explicó el Ing. Aparicio.
A tan solo dos metros de la obra, un imponente muro inca es testigo silencioso y vigilante de los trabajos que se realizan en el colegio. Este a la vez funge de guardián, pues está en el lindero del local escolar separándolo de la calle. La armonía entre la educación y la cultura, entre lo arqueológico y lo moderno, está asegurada.
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www.pronied.gob.pe
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