El docente apuesta por la tecnología en un colegio rural de Cajamarca. Hasta allí llega a diario en su moto lineal. Acaban de estrenar un corto sobre su trabajo: La parte más golpeada del profesor Guillermo es su rodilla izquierda. Llena de cicatrices y cortes, aquella región de su pierna ha soportado las caídas sufridas en la trocha que lo lleva al colegio N° 821542 del centro poblado Nuevo Porvenir, de Cajamarca. Su rodilla, incluso, ha resultado más afectada que la moto lineal que usa todos los días, desde hace más de nueve años, para ir a enseñar.
A las seis de la mañana, Guillermo Guevara Ruiz, de 41 años, oculta su identidad en un casco negro y un traje metálico que amortigua caídas. Sale de su casa, sigue su empedrado recorrido y, dos horas después, llega a la comunidad agrícola de Nuevo Porvenir, en el distrito de Jesús. Allí está la escuela primaria donde elabora pizarras interactivas, punteros infrarrojos y minirobots, junto a niños que hace apenas cuatro años conocieron internet y la energía comercial.
Guillermo es profesor, director y hasta conserje del colegio N° 821542. Esta escuela unidocente tiene una sola sección que agrupa a 23 niños de primero a sexto, de 6 a 12 años. Los alumnos de Guillermo son los únicos que estudian allí.
El colegio tiene casi 200 libros, pero no una biblioteca física; tres computadoras donadas por el municipio, pero desactualizadas; y más de 10 laptops que llegaron allí como excedente de otras escuelas.
A pesar de esto, Guevara Ruiz y sus alumnos han instalado antenas de Wifi en la escuela y en sus casas para realizar las tareas; fabricado y programado robots de bajo costo e implementado un laboratorio con equipos multimedia. Su escuela ahora es una escuela tecnológica.
La labor del profesor cajamarquino le mereció el reconocimiento nacional "Maestro que deja huella 2015". Ahora, tres años después, su jornada diaria aparece en pantalla grande a través del cortometraje "El caballero de la educación", producido por Pacha Films y Bim Consulting. Su estreno fue esta semana.
Punteros de carrizos
Guillermo es profesor y también técnico informático e ingeniero industrial. A más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, desarrolla proyectos educativos de programación, realidad aumentada y robótica, los cuales buscan integrar las matemáticas, la ciencia y los textos. "Estos deben ser los primeros pasos de un investigador tecnológico. Si las nuevas formas de aprender tienen resultado, ya es innovación".
Y una de sus principales innovaciones es la pizarra interactiva de bajo costo. Para elaborarla utiliza una pizarra acrílica, carrizo (caña), plumones y controles remotos en desuso. También un proyector, un emisor de bluetooth y una pared lisa.
Los carrizos y los plumones pueden adquirir características infrarrojas. Se convierten en punteros que interactúan con las imágenes proyectadas desde una máquina. Pueden "dibujar" o "escribir" encima de la pizarra acrílica como si lo hicieran en una computadora.
Niños que saben
A los kits de robótica Lego WeDo, otorgados por el Ministerio de Educación, les agregan luces, pequeños paneles solares y los echan a andar como helicópteros, montacargas o turbinas eólicas. A estas últimas, los niños los llaman molinos. Esa es su ventaja: su vida en el campo les enseña propiedades físicas que luego utilizan en sus prototipos.
Agustín, hermano de Guillermo, recuerda dos cosas del maestro. La primera: que repite con frecuencia que las cosas se deben hacer con lo que se tiene, "de lo contrario llega la muerte y no hacemos nada". La segunda: que tiene la rodilla izquierda golpeada. "Se ha caído varias veces, pero siempre ha llegado al colegio".
Necesita apoyo
Guillermo Guevara tiene un proyecto que necesita financiamiento. Busca plasmar los relatos basados en la cosmovisión andina al formato 3D.
Los minidocumentales "Ingenios que transforman" presentan a Guillermo Guevara, la científica Magaly Blas y al programador Víctor Casas. Fueron financiados por Innovate Perú.
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