Conoce el colegio de San Juan de Lurigancho que recicla el agua de los baños para regar un biohuerto: Fue premiado por el Minedu por sus buenas prácticas ambientales.
Ante los desafíos ambientales que enfrenta el mundo, es necesario adoptar medidas orientadas al uso respetuoso y eficiente de los recursos naturales. En esa línea el Ministerio de Educación (Minedu) promueve desde el currículo nacional la educación ecoeficiente con enfoque transversal y, desde el 2010, reconoce a los colegios con los mejores logros ambientales.
Un ejemplo de esta gestión educativa ecoamigable se vive en San Juan de Lurigancho. Los alumnos del colegio El Amauta contribuyen al cuidado del planeta gracias a una planta de tratamiento que permite el cultivo de hortalizas con agua reciclada de los servicios higiénicos. Esta escuela pública es una de las 28 en todo el país que acaban de recibir la "Bandera Verde" que otorgó el Minedu por el Día Mundial del Medio Ambiente.
Daniel Auza, de siete años, se ubica frente al lavamanos, abre el caño y enseguida activa un sistema integral de manejo del agua. Este importante recurso no se pierde en el desagüe: pasa a un pozo séptico y luego a un enorme contenedor donde termina su proceso de filtración. El agua limpia es almacenada en un tanque rotoplast y cae en forma de gotas, por una manguera con agujeros, regando las doce parcelas del biohuerto escolar.
Allí, Jadira Quispe y sus compañeras de segundo grado de primaria cubren con tierra las semillas que en los próximos meses cosecharán convertidas en acelgas, lechugas, rábanos y betarragas. "El año pasado llevé tomates a mi familia", recuerda la pequeña mientras trabaja la tierra con la dedicación de un agricultor.
Los niños aprenden sobre Ciencia y Tecnología fuera de las aulas. Para la profesora Nadia Díaz, el biohuerto es una excelente herramienta pedagógica para la investigación y "permite que sus alumnos conozcan sobre los diferentes cultivos y valoren la naturaleza".
La tierra les provee alimentos frescos y nutritivos, y algunos estudiantes ya replican en sus hogares los conocimientos adquiridos. El nuevo estilo de alimentación saludable también se promueve desde el quiosco escolar, donde los chizitos y galletas fueron reemplazados por mandarinas y otros frutos de estación.
"No solo se trata de prácticas aisladas, sino que forman parte del currículo nacional. Estamos en un año de implementación del currículo y la idea es que las escuelas tomen el tema ambiental como un enfoque transversal y los niños aprendan sobre el cuidado del medio ambiente", refiere Jessica Simon, directora de Educación Primaria del Minedu.
En una zona contigua al biohuerto, el agua empieza a brotar de unos aspersores instalados en cada esquina del jardín. En este extenso terreno solo crecía mala hierba; sin embargo, hoy luce cubierto de flores que se riegan con agua reciclada. "De esta manera, los niños aprenden sobre el uso ecoeficiente del agua", asegura el director Jesús Ayón.
Cuenta que los equipos que hacen posible "reciclar" el agua están valorizados en más de 15 mil dólares y fueron implementados gracias al proyecto Ecolegios del Ministerio del Ambiente. Según sus cálculos, con la planta de tratamiento y el uso de caños ahorradores en todos los caños de la escuela han logrado ahorrar 80 mil soles mensuales en los gastos de la institución.
Esta experiencia es una muestra clara de que se puede generar grandes cambios en la educación ambiental, a pesar que las características sociales y económicas muchas veces son adversas.
EL DATO: La meta del Minedu al 2022 es que el 20% de colegios tenga una gestión educativa con enfoque ambiental, en línea con el Plan Nacional de Educación Ambiental.
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www.minedu.gob.pe
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