Jóvenes de la PUCP usan tecnología 3D para proteger patrimonio arquitectónico



Jóvenes de la PUCP usan tecnología 3D para proteger patrimonio arquitectónico

Equipo multidisciplinario tiene varios monumentos en su cartera de clientes: Un equipo de ingenieros, arqueólogos y arquitectos unidos por la pasión de proteger el vasto patrimonio arqueológico y arquitectónico del Perú forma parte del Laboratorio de Diagnóstico del Patrimonio de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), el único equipado para conocer, con tecnología 3D y modelaje, la calidad de la edificación que investigarán.

Rafael Aguilar Vélez, ingeniero civil de esa casa de estudios y jefe del laboratorio, cuenta que la creación de este espacio de investigación se remonta al 2013 cuando el párroco de la iglesia de Andahuaylillas, en Cusco, le pidió ayuda.

La "Capilla Sixtina de América" como la conocen a la iglesia Andahuaylillas, había sufrido una fisura y necesitaba medidas de protección para evitar que un sismo trajera abajo cinco centurias de arte pictórico grabado en sus paredes.

Ese año, el equipo cruzó los andes hasta Quispicanchis, donde se encuentra el hogar de Dios, con la misión de observar detalles de esa reliquia del siglo XVI.

Amor por lo nuestro

Aquella vez, el entusiasmo y un equipo básico de investigación acompañó a este grupo de estudiosos. Al año siguiente, esas condiciones cambiarían pues diseñaron el proyecto que luego se convertiría en lo que se conoce hoy como el Laboratorio de Diagnóstico de Patrimonio.

La propuesta ganó un financiamiento concursable del programa Innóvate Perú del Ministerio de la Producción con el que adquirieron un sistema de escáner láser (para obtener imágenes internas de estructuras y edificios), un sistema de monitoreo de sismos y otro de caracterización de materiales.

Compraron drones para tomar fotografías aéreas, sensores de vibración, de humedad, una cámara termográfica que observa la temperatura de los materiales, computadoras, entre otros, recuerda.

"Es el único laboratorio en América Latina que tiene estas capacidades. Queremos preservar nuestro patrimonio, la identidad de nuestros pueblos y que Perú lo irradie en la región", comentó a la agencia Andina.

Reveló que, este proyecto tiene en cartera otros clientes como la Huaca de la Luna, en La Libertad y la Iglesia de la Natividad en Belén, en Palestina.

Pasito a paso

En la primera etapa de trabajo, reconstruyeron la geometría de toda la iglesia por medio de fotos aéreas que tomaron con drones e imágenes internas que obtuvieron con el escáner láser que registró la parte interior de la edificación. Armaron el volumen como si fuera un rompecabezas.

"En la segunda etapa, in situ, colocaron sensores de vibración en las paredes para conocer el material del que están hechas las estructuras. Con la cámara termográfica, midieron su temperatura para detectar esa información", recordó Aguilar Vélez.

En la tercera, usaron un geófono para medir las horadadas del suelo de fundación, es decir el suelo base original. Finalmente, con los resultados de cada etapa, elaboraron un modelo en 3D de la iglesia para simular sismos (análisis predictivo) y conocer la seguridad del edificio.

"Mientras más información levantemos, menos intervención haremos". Es decir, mientras más conocimiento obtengamos de las estructuras con la tecnología, no tendremos necesidad de trabajar en la misma estructura. Un principio básico para preservar patrimonio", precisó.

Pasión de profesionales

La construcción de la iglesia Andahuaylillas no tiene fecha exacta de inicio. Parece que empezó en el siglo XVI pero se levantó por etapas, no de un solo "round", cuenta Carolina Briceño Meléndez, ingeniera civil de la PUCP e integrante del laboratorio desde su creación.

Como analista estructural del equipo descubrió, gracias a la cámara termográfica, que la capilla se erigió sobre cimiento de piedra, la portada y nave central tiene enchapado de piedra. Y el resto es de adobe y vigas de madera.

"Se notan dos etapas de construcción claramente marcadas, y no parece cuando uno la observa desde afuera. Tal vez su edificación empezó como capilla, y luego fue creciendo sin ningún plan hasta convertirse en iglesia."

Carolina tiene 26 años, y le apasiona ofrecer sus modernos conocimientos a la protección de lugares importantes para el Perú, pero sobre todo para los cusqueños pues es una manera de preservar su identidad.

Algo semejante es lo que siente Mauricio Gonzáles, involucrado como Carolina desde el inicio del estudio. En el 2013 apoyó la inspección visual que sirvió para elaborar el diagnóstico base que se usó de insumo para diseñar el proyecto de creación del laboratorio.

A este ingeniero civil le sorprende cómo, hace siglos atrás, las poblaciones fueron capaces de levantar grandes estructuras sin tener las herramientas de hoy en día. Le cuesta entender cómo manejaron los materiales y los sistemas estructurales.

"No juntaban cualquier tierra, lo hacían de acuerdo a especificidades. Es increíble, por eso me apasiona utilizar técnicas modernas que usan otros países para aplicarlas al cuidado de nuestro patrimonio. El escáner láser nos permite ubicar millones de puntos para definir una geometría, por ejemplo", señaló.

Esta sinergia entre lo moderno y antiguo, es lo que igualmente le fascina al joven italiano, Giacomo Zonno, ingeniero civil con formación en arquitectura de la Universidad de Bari.

Una fusión natural que se hace en Europa debido a la cantidad de edificios que tienen que ponerse en valor pues los nuevos no tienen espacio para construirse.

Forma parte del laboratorio, y su labor es supervisar en tiempo real el estado de salud de las estructuras de adobe. Él mide las vibraciones de las paredes de la iglesia. Aplica herramientas de última generación para estudiar, afirma él, estructuras que tienen historia, cultura y sentimientos.





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