Su historia inspiradora revela una dedicación excepcional: se levantaba a las 5:30 a. m. y viajaba desde Manchay hasta San Martín de Porres para estudiar en la biblioteca de la UNI. Su tenacidad se refleja en su rutina de estudio, que incluía horas de estudio individual después de asistir a clases y grupos de estudio.
Berrocal atribuye su éxito a su amor por la física y la química, materias que más le llamaban la atención durante su preparación. Su método autodidacta y su habilidad para relacionar conceptos académicos con situaciones de la vida real le permitieron sobresalir. Durante el examen, la primera pregunta sobre vectores lo motivó, y su confianza le permitió resolver todas las preguntas con facilidad, terminando con tiempo de sobra.
Ahora, Berrocal espera aprovechar al máximo su experiencia en la UNI y destacarse en sus estudios. Su historia es un recordatorio del poder del esfuerzo y la pasión en el camino hacia el éxito académico.
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