Según el INEI, en el segundo trimestre del año 2022, la tasa de desempleo en las zonas rurales representa el 0.6% en comparación con las zonas urbanas donde es 4,9%. La realidad de estos indicadores es que muchas personas en la zonas rurales de nuestro país comienzan su vida laboral desde muy temprana edad, realizando labores propias de su comunidad como agricultura, ganadería, entre otros; y no culminan sus estudios. El 85.5% de la población en el área rural que se encuentra activa laboralmente solo cuenta primaria completa.
Para Ruth Anastacio, gerente de Operaciones de la Fundación Dispurse, la alfabetización es una base para el desarrollo económico y social de las personas. "Brindar educación a las personas que no han tenido la posibilidad de culminar su educación básica o que nunca accedieron a ella, es una oportunidad para contribuir con su desarrollo y de fomentar valores como la perseverancia, la creatividad y el espíritu emprendedor. Al empoderar a las comunidades rurales a través de la educación, sobre todo en las mujeres, estamos abriendo el camino hacia la autonomía e independencia económica a la que no pueden acceder por la imposición de roles de género o la violencia familiar".
A nivel nacional, las personas más afectadas por el analfabetismo son las mujeres, representando el 19,9% de la población. Y si desglosamos por regiones, la cantidad de mujeres que no saben leer y escribir es mayor en la parte sierra. Por ejemplo, en Apurímac representa el 19,5%, en Huánuco (18,6%), en Cusco (13,7%), en Cajamarca (15,9%) y Ayacucho (15,9%).
Precisamente, la Fundación Dispurse trabaja con una de las principales regiones afectadas en la zona norte, Cajamarca. En esta región, el 20,8% de la población, mayor de 15 años no cuenta con las habilidades básicas de lectura y escritura necesarias para afrontar de mejor forma los desafíos económicos. Frente a esta problemática, Dispurse viene contribuyendo con la alfabetización básica, digital, funcional y crítica, utilizando la tecnología con su aplicativo FOCUS, con el que es posible trabajar en zonas rurales, de difícil acceso o conectividad.
Además, la propuesta de Dispurse desarrolla "experiencias de aprendizaje' para que los estudiantes, como parte de su alfabetización, puedan enfrentar desafíos propios de su realidad. Estas experiencias se diseñan teniendo en cuenta el contexto de cada comunidad, como es el caso de la provincia de Cutervo, donde las situaciones significativas que se están trabajando con los 155 estudiantes en 10 círculos de alfabetización, están asociadas a sus actividades agrícolas, ganaderas, comerciales, gastronómicas, artesanales y a sus festividades, así como a los problemas que ellos mismos han diagnosticado, como la anemia, la violencia familiar, los fenómenos naturales, etc.
La educación que necesitan las personas adultas sobre todo en las zonas rurales debe ser funcional, los estudiantes se encuentran más motivados en su aprendizaje cuando perciben que la educación les resulta de utilidad y cercana a su cotidianidad, por ejemplo, en la mejora de sus prácticas productivas o económicas porque les permite acceder a más fuentes de información para resolver los desafíos a los que se enfrentan en sus comunidades.
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