Hace algunos días se realizó el Seminario Internacional Generación Bicentenario - Adolescencia y Educación, que tuvo como objetivo discutir las necesidades de formación integral de los adolescentes peruanos. El evento fue organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), el Ministerio de Educación, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Fundación Wiese.
En la ceremonia de inauguración, la ministra de Educación, Flor Pablo, anunció el desarrollo de una política multisectorial para el bienestar de los adolescentes. "Para nosotros, hablar de la política de desarrollo del bienestar del adolescente era un deseo. Habíamos conformado, por lo menos, un marco orientador. Pero cuando conversamos sobre esto con la alta dirección, con los viceministros, dijimos, ¿nos bastará un marco orientador o realmente necesitamos una política multisectorial? (...) Es así que tomamos la decisión de incorporar, dentro de las políticas que vamos a formular en este periodo de gestión, la política vinculada al desarrollo del bienestar de los adolescentes", dijo la titular del Minedu en el evento, organizado por esta entidad en conjunto con Unicef, Unesco, la Fundación Wiese y nuestra casa de estudios.
Para la ministra, "ser un país de oportunidades para nuestras nuevas generaciones" no será posible si no se trabaja una política de adolescencia de manera articulada entre los diferentes sectores. "Va a ser una política multisectorial que nos va a exigir como Estado, como gobierno, poner por delante a los adolescentes y sus necesidades. Tenemos que pensar en esa múltiple diversidad con el único propósito que cada quien pueda ver con esperanza su futuro, pueda vivir un presente de oportunidades, y no marcado por las limitaciones, la violencia y el propio sistema", dijo Pablo Medina.
Por su parte, la vicerrectora académica de la PUCP, Cristina Del Mastro, indicó que "la adolescencia, como prioridad educativa o de investigaciones, no ha ocupado el lugar que merece y que requiere. A veces, hay una distancia generacional que nos hace estereotipar un poco a los adolescentes y perder ese vínculo que necesitamos establecer con ellos para ayudarlos en esa transición hacia el logro de sus proyectos de vida".
En el encuentro se señalaron cifras que describen la situación de los adolescentes peruanos. De acuerdo con el Minedu, dos millones de adolescentes acceden actualmente a la educación secundaria en el país. «Les negamos oportunidades a los adolescentes cuando no generamos políticas, estrategias o presupuestos que respondan a las necesidades específicas que ellos y ellas tienen", dijo Olga Isaza, representante adjunta de Unicef Perú, durante la conferencia magistral "Adolescencia y educación: desafíos para su desarrollo integral". En su exposición, Isaza señaló que los adolescentes (12-24 años) tienen menos oportunidades en salud, educación y acceso al trabajo que otros grupos. Menos de 2 de cada 10 adolescentes de segundo de secundaria comprende lo que lee. En el 2016, 54% de los de los jóvenes eran económicamente activos, 10% menos que en 2006», dijo la especialista de Unicef Perú.
Y en representación de las voces y necesidades de ellos, reconocidos como la Generación Bicentenario, treinta adolescentes de todas las regiones se dieron cita en el encuentro internacional para participar en las mesas de trabajo junto a especialistas del sector público educativo y actores de organismos de cooperación internacional. "Hemos participado en talleres de liderazgo en los que trabajamos temas para crecer en este ámbito y además en concursos de debate. La expectativa de ser parte de este seminario es que todas estas propuestas enfocadas en los adolescentes sean vistas de forma diferente por los adultos. Queremos difundir nuestro mensaje: que somos ciudadanos y aquí estamos", dijo Martin Lau, estudiante de quinto de secundaria del colegio Manuel Gonzales Prada, de Los Olivos, y representante del Comité Metropolitano de Estudiantes, organización en la que participa desde hace un año y cuyo objetivo es fomentar la participación de los escolares en las decisiones del sistema educativo.
Actualmente, 1.925,835 estudiantes cursan la escuela secundaria pública, según expuso Ángela Bravo Chacón, Directora de Educación Secundaria del Ministerio de Educación (Minedu), en este segundo día del seminario. La especialista señaló que, por primera vez en la historia peruana tendremos una población mayoritariamente joven con menos carga de dependientes. "Tenemos 10 años antes de que se pierda la oportunidad de pulir nuestro "bono demográfico'", advirtió.
Además, reconoció los retos que enfrenta el sector Educación, pues señaló que 630 mil de adolescentes no concluyen oportunamente la secundaria, mientras que 132 mil desertan de la escuela antes de terminarla. Una situación que se da por problemas económicos o, simplemente, porque ellos ya no quieren estudiar, según datos del Minedu.
Además, el 54.7% de los casos reportados de bullying en el 2018 se dieron en la escuela secundaria, tal como precisa la data de la web Síseve, contra la violencia escolar.
Un panorama que, según Bravo, hace pensar en la violencia normalizada en el trato hacia adolescentes por parte de compañeros e, incluso, docentes y padres.
Por ello, se anunció que en diciembre un esfuerzo multisectorial permitirá la creación de la Política Nacional de Educación y Bienestar del Adolescente.
Protagonismo adolescente
"Nunca antes en la historia del país ha habido tantos adolescentes", señala Daniel Contreras, especialista responsable de Educación de Unicef en el Perú. El experto explicó que la Convención de los Derechos de los Niños y Adolescentes establece, como derecho y principio rector, el principio de la participación de este grupo en los procesos que los implica.
"Ellos deben ser escuchados en todos los temas que les incumben. Y pensar una educación secundaria distinta supone escuchar a los chicos y chicas, pues si les abrimos canales de participación podemos percibir sus demandas y qué soluciones proponen. Eso hace mucho mejor la calidad técnica de decisiones que se puedan tomar", señala.
"En sentido más amplio, la participación de los adolescentes permite construir sociedades más democráticas. En la medida que son escuchados por los adultos y tomados en cuenta en las decisiones de aquellos aspectos que les afectan, pueden desarrollar mayor empatía. Así se desarrolla el compromiso ciudadano de los adolescentes", continúa. "Son ciudadanos hoy y no mañana".
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