Sin tratamiento sanitario adecuado, de 100 crías pueden perecer 80 en sus primeros días: ¿Sabías que si las crías de alpacas bebé no tienen un buen tratamiento sanitario pueden morir masivamente a poco de nacer por causa de diversas infecciones?.
El nivel de mortandad es alarmante pues en un brote grave de 100 alpacas bebés pueden morir hasta 80 y en unos menos severos se pierden entre 40 y 50 crías.
Este grave problema que afecta a los criadores de alpacas llevó a un grupo de investigadores de la facultad de Medicina Veterinaria de San Marcos, con apoyo de la Incubadora 1551 y con financiamiento de Innóvate Perú a desarrollar una vacuna para la cría de alpaca, que ya ha probado su efectividad.
"Bacterias que causan problemas diarreicos como la enterotoxemia son las que llevan a la muerte a las alpacas bebés entre los 30 y 45 días de nacidas, pero también se ha descubierto el rotavirus, coronavirus y otros parásitos", comentó a la Agencia Andina el médico y profesor principal de la Facultad, Alberto Manchego.
El especialista, quien es responsable de este proyecto, indicó que en una fase experimental en el campo se vacunó a 800 alpacas, lográndose reducir el nivel de mortalidad a solo el 10 por ciento.
El grupo de crías que no se logró, fue atacado por otro tipo de patógenos que aún no han sido controlados, explicó Manchego.
Normalmente, en la crianza pecuaria está establecido que la pérdida de crías sea de no más de entre 5 % y 10 % para que esa actividad pecuaria sea rentable.
Una alpaca hembra da una cría cada 11 meses. Una vez que da a luz, tan solo al mes ya está siendo empadrada para que vuelva a gestar. Es decir que su actividad reproductiva es muy intensa, la alpaca madre no tiene un periodo de reposo y eso puede afectar a la inmunidad de las crías, explicó el especialista.
"Una hembra puede mantener ese ritmo si tiene una buena alimentación y si se toman medidas sanitarias adecuadas", recalcó.
La vacunación de las alpacas bebé - aplicadas en dos dosis en dos semanas - se desarrolló en el Centro de Investigación Ivita, que la Facultad de Veterinaria de San Marcos tiene en el distrito de Maranganí, provincia de Canchis, en Cusco, zona eminentemente alpaquera.
Este trabajo de investigación lo desarrolló en tres años un equipo de siete tesistas y cuatro profesionales de la Facultad dirigidos por el responsable del proyecto.
Lo que falta ahora es que, o bien la Universidad lo desarrolle o que una empresa lo financie y empiece a producirlo y ponerlo en el mercado.
Anotó que las llamas también pueden recibir esas vacunas, aunque se sabe que es una especie más resistente a las enfermedades. En cuanto a los otros dos tipos de camélidos - vicuñas y guanacos - señaló que estos generalmente viven de forma silvestre y no son de crianza.
A vacunar a los peces
Manchego señaló que en San Marcos lo que se busca es innovar en áreas donde hay poco atención y desarrollo.
Por eso ahora se trabaja en vacunas para peces, que se les administrará por vía oral en los alimentos o en baños de inmersión.
Agregó que los peces también se enferman por bacterias y que hay que atender esa demanda en las especies cultivadas en piscigranjas.
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