Vivimos una crisis del aprendizaje. De acuerdo con el Informe sobre el desarrollo mundial 2018 que publica el Banco Mundial, (i) en los países en desarrollo millones de estudiantes asisten a escuelas que no los están preparando para prosperar en la vida. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, 617 millones de niños y jóvenes en edad de asistir a la escuela primaria y secundaria no están aprendiendo las nociones básicas de lectura, dos tercios de los cuales no reciben esa educación. Por lo tanto, queda claro que es urgente invertir en el aprendizaje.
El Premio Nobel de Economía James Heckman (i) ha presentado argumentos en favor de las inversiones en la educación en la primera infancia sobre la base de la eficacia en función de los costos. Los programas de desarrollo en la primera infancia generan una serie de beneficios, uno de los cuelas es preparar a los niños para la escuela primaria.
Sin embargo, la eficacia de las inversiones en los niños no termina ahí. Las experiencias en la primera infancia tienen un impacto profundo en el desarrollo del cerebro, afectando el aprendizaje, la salud, el comportamiento y, en definitiva, las oportunidades a lo largo de la vida. Las brechas en el desarrollo cognitivo y socioemocional en los primeros años de vida de los niños, antes de iniciar la escuela, pueden limitar su capacidad de beneficiarse de la educación primaria y desplegar todo su potencial. Es fundamental que no solo los niños estén preparados para aprender en la sala de clases, sino que también la escuela proporcione oportunidades reales para aprender.
Y es especialmente importante que se aprenda en los primeros años de escolaridad. Esto se puede medir en términos de la capacidad de los niños para leer y comprender textos. Dicha capacidad permite a los niños tener acceso al currículo y, por lo tanto, es un buen indicador de la eficacia de un sistema educativo. La lectura hace que los niños aprendan de manera autónoma durante toda la vida, (PDF, en inglés) reduce el costo de la enseñanza (i) y aumenta la eficiencia del gasto público. (i)
Si es vital que los niños aprendan a leer en los primeros grados, entonces es lógico pensar que medir esa capacidad es importante.
MÁS INFORMACIÓN:
www.blogs.worldbank.org/voices/es/los-argumentos-economicos-que-justifican-el-aprendizaje-temprano
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