Investigación advierte que violencia tiene impactos negativos en el ejercicio docente: Distrito de Ventanilla registra la mayor prevalencia de la violencia.
El 49.6% de las profesoras que dictan clases en escuelas públicas del Callao sufrió agresión por parte de su pareja o expareja, reveló hoy un estudio de la Universidad de San Martín de Porres y de la Cooperación Alemana (GIZ).
El mismo estudio da cuenta de que el 42.7% de los profesores varones que enseñan en el Callao confesó haber atacado a su pareja o expareja por lo menos una vez durante toda su relación. Ventanilla es el distrito que registra mayor prevalencia de violencia, con el 52.4% de los casos.
La investigación -que encuestó a 2,601 docentes de Educación Básica Regular (EBR) en 7 distritos de la región Callao- señala que si bien los docentes involucrados en situaciones de violencia acuden a las escuelas, no están en condiciones óptimas de salud ni bienestar, lo cual se traduce en una baja productividad, agotamiento y distracción.
"A causa de estos hechos de violencia, las escuelas públicas de la región Callao pierden 27,508 días hábiles de clases al año por el ausentismo de las profesoras agredidas y profesores agresores. Considerando los días perdidos, habría 138 docentes trabajando a tiempo completo con cero productividad durante todo el año", estiman los investigadores.
Las cifras son conclusiones del estudio "Impacto de la violencia contra las mujeres en el desempeño laboral docente", de las investigadoras Inés Santi Huaranca, Zaida Asencios González, Galia Lescano López y Arístides Vara-Horna del Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad de San Martín de Porres y la Cooperación Alemana, a través de su Programa Regional para Combatir la Violencia contra las Mujeres en Latinoamérica.
Según los investigadores, la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja tiene impactos perniciosos en el ejercicio de la función del docente, pues las profesoras agredidas y profesores agresores tuvieron más errores al corregir exámenes (66%) o presentar las clases (43%), en comparación con el grupo de maestros que no estuvieron involucrados en episodios semejantes.
De igual forma, recibieron amonestaciones de parte de los directores (agredidas: 97% más y agresores: 107% más) y dejaron a sus estudiantes en clases para atender asuntos personales u otros (agredidas: 83% más y agresores: 101% más).
Asimismo, en el estudio se evidenció que la violencia contra las docentes genera consecuencias negativas en la salud física y mental de las agredidas.
"En efecto, las profesoras agredidas en el último año tienen más daños emocionales o físicos (30% más) en comparación con las maestras no atacadas. Otro de los hallazgos importantes es que son daños que perduran tiempo después de que la violencia ha cesado, pues las docentes agredidas antes del último año continúan con alguna morbilidad médica".
Medidas
Para los investigadores se ha evidenciado que la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja ha impactado negativamente en el sector educativo; por ello, proponen, es necesario que se inicien planes de prevención informando y sensibilizando bajo la premisa de tolerancia cero frente a la violencia.
Asimismo, añaden, se recomienda trazar rutas de apoyo para profesoras víctimas de violencia, creando una oportunidad estratégica para trabajar en la promoción de escuelas libres de violencia, en la prevención y la erradicación de la misma en la sociedad.
Existe un nuevo producto para respaldar a las escuelas a fin de prevenir este problema: la certificación en línea Colegio Seguro: Libre de Violencia y Discriminación. "Esto permite informar y sensibilizar, a bajo costo y con mucha flexibilidad en los horarios, a un gran número de docentes, contribuyendo a que se asuma una posición de tolerancia cero frente a la violencia".
Comentar esta noticia