Como lo señalan las normas sobre orientaciones para el desarrollo del año escolar, el 12 de marzo comienzan las actividades académicas, las que se presentan con algunas características distintas a las del año anterior. La principal diferencia es la ausencia del Niño Costero o de La Niña, la cual se proyectaba que podría presentarse en este verano.
Aún cuando no tendremos a La Niña, como todos los años, una de las principales preocupaciones está en las condiciones de los locales escolares para recibir a los estudiantes. Las denuncias por parte de la prensa sobre el mal estado de muchos locales es justificada aunque difícil de satisfacer en buena parte de los casos. La razón es que los gastos de mantenimiento se descuidaron tanto en los últimos sesenta años que varias instituciones no solo necesitan reparación sino ser reconstruidos totalmente.
Durante la gestión del ministro Saavedra se hizo pública una estimación del costo de poner la infraestructura escolar a tono con las necesidades de desarrollo de las actividades de enseñanza aprendizaje. El ministro dijo que se necesitaban 60 mil millones de soles; es decir, más de dos veces el presupuesto total del sector educación.
Lo que logró ese anuncio fue crear conciencia sobre la necesidad de incrementar los gastos de inversión que tradicionalmente se fijaban en un promedio de 1% a 3%. Ahora está entre el 8% y 10%. Aún así, es una cifra totalmente insuficiente para atender las necesidades de infraestructura. Asumiendo que anualmente se asignen y se gasten 3 mil millones de soles, lo que se podría atender es solo el 5% de las necesidades totales. Se ha intentado además alianzas con el sector privado para trabajar en formulas como las Obras por Impuesto o las Alianzas Público Privadas. No obstante, no han funcionado como se esperaban.
Es la razón por la que las críticas de los medios de comunicación y de muchos padres de familia sobre lo inadecuado de la infraestructura continuarán existiendo aunque deberían tener como una de las referencias la imposibilidad de poder solucionar todos los problemas en un año. Es uno de los problemas más difíciles que enfrenta la política educativa. Lamentablemente no hay fórmulas de corto mediano plazo que lo solucionen. Sin embargo, sería importante pensar en medidas como las siguientes:
a. Dadas las limitaciones del presupuesto, hay que mejorar los procesos de priorización de atención de necesidades. Complementar el presupuesto del Ministerio de Educación con recursos que puedan lograrse de los gobiernos regionales, los municipios, las empresas, las comunidades locales.
b. Mejorar la eficiencia de ejecución del gasto de inversión. Se ha aumentado la asignación a los activos no financieros pero no se llega a gastar. El año pasado se devolvió casi el 30% del presupuesto destinado a tal fin.
c. Impulsar una microplanificación de desarrollo de la oferta educativa articulada a las políticas de ordenamiento curricular. La misma debería orientar sobre donde es conveniente fusionar o integrar centros educativos. No podemos seguir operando con más de 100 mil centros educativos y, a toda costa, debemos evitar continuar creando centros educativos de pequeño tamaño, unos muy cerca de otros. Tener centros pequeños encarece el servicio y hace difícil su implementación con el personal y otros recursos requeridos.
d. La modernidad que traen las nuevas tecnologías obligará a que más temprano que tarde los centros educativos tengan que replantear su organización y, especialmente, el diseño de sus ambientes de aprendizaje. El Ministerio de Educación debería estar ya adecuado sus diseños de construcción de centros educativos a lo que son las tendencias ajustadas a los nuevos estilos de enseñanza. Se necesitan aulas y mobiliarios modulares, que faciliten el trabajo en grupo, una enseñanza interactiva, con recursos que permitan y alienten el autoaprendizaje. Como dice el argot popular: los diseños arquitectónicos que ahora se emplean para licitar nuevos centros educativos "ya fueron".
e. Hay muchas instituciones que intervienen en el mantenimiento y desarrollo de la infraestructura educativa; no solo el Ministerio de Educación. También los municipios, otros ministerios, las comunidades, los padres de familia, la cooperación internacional, las empresas, etc. Articular esfuerzos es indispensable para sacar el mejor provecho a las inversiones realizadas, Para lograrlo, pensar en procesos de microplanificación se vuelve indispensable.
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