Una lonchera escolar con alimentos altos en grasa y azúcar podría triplicar el aporte calórico que necesita un niño para crecer sano y si a ello se suma una mala alimentación durante el día y falta de actividad física, el resultado será un niño con sobrepeso u obesidad.
Así lo advirtió D'Janira Paucar, nutricionista del Programa Nacional "A Comer Pescado" del Ministerio de la Producción, al advertir que un niño obeso está propenso a adquirir enfermedades como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares; o también padecer de anemia y desnutrición, por el bajo consumo de alimentos de alto valor nutricional.
Según el Seguro Integral de Salud (SIS) en el Perú la obesidad está adquiriendo características de un problema de salud pública y está acechando la salud de los más pequeños, ya que en los últimos años la obesidad en niños menores de 9 años se ha duplicado.
"Una lonchera saludable debe contener una fruta, un sánguche, que puede ser una hamburguesa de pescado, y una bebida nutritiva a base de avena, quinua o jugos naturales", dijo.
Un niño de educación primaria necesita comer alimentos que le aporten entre 1,500 y 2,000 calorías al día. De esa cifra, entre 150 y 300 calorías las debe obtener de la lonchera escolar.
"Pero una lonchera no saludable puede triplicar las calorías necesarias, al excederse en grasas, azúcar y sal. Las loncheras no saludables son ricas en calorías pero pobres en nutrientes, al contener bebidas artificiales, golosinas, snacks, pan con hot dog, entre otros", alertó la especialista.
Otro aspecto que deben tomar en cuenta los padres es que una lonchera escolar no reemplaza el desayuno del niño. "La lonchera es una comida intermedia entre las comidas principales, que proporciona la energía y los nutrientes necesarios para la salud del menor y contribuye a un buen rendimiento físico y mental durante el horario de clases", aseguró Paucar.
Según los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el sobrepeso y la obesidad son responsables de 300 mil muertes cada año en América Latina.
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