El impacto de los desastres se sintió con fuerza en centros de salud y escuelas. Las emergencias, sin embargo, son también una oportunidad para ajustar estrategias: Equipada con un par de botas y un chaleco, la ministra de Salud, Patricia García, ha recorrido las zonas afectadas por los desbordes en el norte del país. Lidera brigadas desde que se declaró la emergencia y supervisa los daños en los centros de salud, así como la distribución de medicamentos.
Cientos de establecimientos de salud resultaron afectados mientras el panorama se complicaba con los brotes de enfermedades como el dengue, la chikungunya e infecciones respiratorias agudas.
Sin embargo, para García esta crisis representa un problema, pero también una oportunidad para, por ejemplo, corregir errores, ajustar estrategias y hasta erradicar de manera definitiva de nuestro país males que afectan sobre todo a niños y ancianos.
"Estamos en el momento propicio para controlar el dengue. Definitivamente, estamos preparados; hemos realizado una ardua tarea de fumigación y erradicación de criaderos de larvas del zancudo (transmisor)", indicó.
Para la etapa de la Reconstrucción con Cambios, el Ministerio de Salud apunta a mejorar la distribución de medicamentos, rehabilitar los nosocomios afectados y reconstruir en zonas seguras los establecimientos que resultaron inundados.
Respuesta inmediata
Entre tanto, las tareas de la ministra de Educación, Marilú Martens, se duplicaron, pues además de atender su portafolio fue designada como coordinadora en la región Piura.
En el sector Educación, se priorizó a más de 2 millones de estudiantes que no pudieron iniciar clases por los desastres. La respuesta fue inmediata. Todo el material educativo se repuso en 261 instituciones educativas, se instalaron 1,400 aulas prefabricadas y se drenaron las aguas empozadas en los colegios afectados.
Marcelo Puelles
mpuelles@editoraperu.com.pe
elperuano.com.pe
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