Estudios longitudinales hechos en niños de orfelinatos evidencian que pueden sufrir efectos nocivos a lo largo de sus vidas. La mayoría de los orfelinatos no pueden ofrecer cuidados apropiados, estimulación social y afectiva, y usualmente sus niños tienen mayores riesgos de contraer infecciones, tener escaso desarrollo del lenguaje y problemas de conducta. Muchos de ellos se convierten en adultos con problemas económicos y psiquiátricos.(Young y Richardson, editors, Early Child Development, World Bank, 2007, pag. 71)
La mejor manera de paliar los efectos negativos en el largo plazo es asegurarles una adecuada atención en la infancia en aquellas áreas en las que la ausencia de la familia implica un déficit para esos niños y niñas.
Aquí hay una excelente oportunidad para el trabajo social de los colegios que buscan que desarrollar proyectos en los cuales los alumnos puedan sentir que contribuyen al bienestar colectivo dando de su tiempo y esfuerzo (evitando confundir la ayuda social con la recaudación de dinero para alguna meta económica puntual).
Comprometerse a acompañar a los niños y jóvenes de orfelinatos a lo largo del año, (y no en intervenciones puntuales ocasionales), no solo puede abrirles la oportunidad para sentirse útiles y responsables por el prójimo, sino que puede constituirse en un fundamento muy positivo para prevenir que estos niños desarrollen conductas antisociales en el futuro.
La educación en valores en la que la buena voluntad tiene un correlato en los hechos educa y deja huellas para toda la vida en los proveedores y en los beneficiarios.
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