Para cualquier comitiva de Lima es una aventura llegar al centro poblado de Chiriaco, distrito de Imaza, provincia de Bagua, Amazonas. Para los estudiantes del Colegio Fe y Alegría Nº 62 es un viaje escolar rutinario de hasta nueve horas por tierra y río, con una chalupa como medio de transporte.
Chiriaco es un punto verde perdido en la selva peruana, territorio awajún donde la pobreza y desnutrición compiten con la indiferencia y el olvido. Y donde terminar un año escolar es un logro digno de invitar al presidente del gabinete y sus ministros.
Por ello llegaron a Chiriaco, el premier Fernando Zavala, la ministra de Justicia y Derechos Humanos María Soledad Pérez Tello, y los titulares de Inclusión Social, Cayetana Aljovín y del Ambiente, Elsa Galarza.
"Nuestras niños y niñas awajún merecen las mismas oportunidades que todos, y tienen el derecho a estudiar lo que deseen. Eso solo se consigue con una mirada de educación como la que nosotros hemos diseñado", sostuvo Pérez Tello, acompañada de la viceministra de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia, Gisella Vignolo.
Alrededor, las escuelas rurales dirigidas por las monjitas Siervas de San José reproducen a las viviendas nativas, con techos altos de calamina y paredes mínimas, con estantes llenas de libros, mapas y materiales para talleres.
Las computadoras no abren google pero sí enciclopedias Encarta para imaginar el mundo más allá del monte.
Pero antes de vencer a la ignorancia, estos niños deben vencer a la desnutrición congénita de tercer grado, a la falta de agua potable, de medicinas, y de maestros que desertan con facilidad por bajos sueldos.
Reforma educativa
Para ellos el gobierno tiene el menú de reforma educativa, con cuatro ingredientes básicos: revalorar al maestro, mejorar el aprendizaje, la gestión de colegios y la mejora en infraestructura, asume el premier Zavala.
Después de Chiriaco, el gabinete está más convencido de impulsar más cambios. El 2017 los escolares de este pueblo se sumarán a los 100 mil nuevos beneficiarios del programa de alimentación Qali Warma. Inclusión social sí tiene traducción en lengua aguaruna.
Igual que Interculturalidad, la palabra difícil que esta mañana calurosa se traduce en un papel: la resolución ministerial 629-2016-MINEDU que aprobó el Plan de Educación Intercultural Bilingüe al 2021, lista para su implementación.
Los ministros dejan Chiriaco rumbo a la comunidad Yamakenze, con nuevas ideas reformistas. Atrás quedan las niñas del Fe y Alegría Nº 62, imaginando el camino de sus sandalias hacia un futuro mejor.
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