Sería difícil afirmar que el desempeño del ministro Saavedra está libre de errores. Liderar un sector con tremendo impacto en el futuro de millones de peruanos es una tarea compleja y muchas veces incomprendida. La verdad, sin embargo, es que la evidencia demuestra que Saavedra ha sido el ministro de Educación con mayores resultados positivos en años.
Tomando el 2011 como referencia, la comprensión lectora de los alumnos de segundo de primaria mejoró de 30% a 50%, y en razonamiento matemático ese avance se duplicó de 13% a 27%. Actualmente, más de 100 mil niños y jóvenes en situación de pobreza estudian gracias a becas otorgadas por el Estado, más de 550 mil aprenden inglés y miles se benefician con las mejoras en zonas rurales. Entre otras cosas, tenemos 3200 colegios nuevos y los textos escolares están traducidos a 19 lenguas originarias.
Los profesores ganan 60% más y su ascenso depende de su desempeño y de las evaluaciones que deben aprobar. Además, desde 2013 no hubo ninguna huelga en el sector. En paralelo, se han sentado las bases para una mejor educación superior con las leyes para universidades e institutos.
No es gratuito que el Minedu sea una de las instituciones que más confianza genera en el país. Así las cosas, solo ánimos perversos pueden explicar esa furiosa intención de desprestigiar lo avanzado, forzar el retroceso y romper con la esperanza de una mejor educación. Parémoslos.
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