www.cne.gob.pe
DISCURSO DE HUGO DÍAZ, PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN, CON MOTIVO DEL QUINCE ANIVERSARIO INSTITUCIONAL
La idea de que el país cuente con un Consejo Nacional de Educación (CNE) ha estado siempre presente, aunque no con la continuidad requerida. En los últimos setenta años se implementaron hasta tres iniciativas de consejos, cada una con estilos propios.
El ministro de Educación Pública, Juan Mendoza Rodríguez, en los cincuenta, conformó un consejo integrado por destacadas personalidades de la ciencia, la cultura y la economía, como Carlos Rodríguez Pastor y Jorge Basadre, quienes trabajaron directamente con el ministro.
Dos décadas después, con la reforma educativa, funcionó el Consejo Superior de Educación. Lideró el diseño de una reforma educativa, ambiciosa, creativa, polémica, pero que a su vez puso a la educación en un primer plano de preocupaciones. Tenía carácter consultivo, pero fue mucho más allá en cuanto a tener injerencia en algunas decisiones ejecutivas.
La tercera iniciativa es la que vivimos. El CNE se constituye en el año 2002 como una de las primeras respuestas a una crisis social, educativa y económica muy fuerte, al reclamo de una mayor participación social en la toma de decisiones nacionales y a la necesidad de contar con una visión de largo plazo que por lo menos mire el bicentenario. Uno de nuestros primeros aliados fue el Acuerdo Nacional.
Es el consejo que más vigencia ha tenido y a lo largo de los últimos quince años ha asumido importantes desafíos. El primero fue elaborar un Proyecto Educativo Nacional (PEN) que fuera el producto de un amplio consenso y que en su visión y objetivos reflejaran las necesidades y aspiraciones mayoritarias de la población peruana. Luego de tres años de intenso trabajo no solo se logró su aprobación en el 2007, sino que sea una herramienta de Estado, con la obligación de los ministros de Educación de informar al Congreso Nacional anualmente sobre sus logros.
Implementar el PEN fue el siguiente desafío. Implicó organizar los Consejos de Participación Regional y Consejos de Participación Local, como organizaciones de coordinación y diálogo entre el Estado y la sociedad civil en las instancias señaladas. Se logró que la gran mayoría de regiones y UGEL cuenten con un Proyecto Educativo Regional o Proyecto Educativo Local, aunque luego de la formulación de esta herramienta lamentablemente se fue limitando su participación. En nuestro país todavía es débil el desarrollo de una cultura de trabajo conjunto entre ambos actores.
La otra exigencia derivada del PEN fue que para el inicio de cada gobierno el CNE proponga, dentro del marco de los objetivos de esta herramienta y de los balances de su logro, unas prioridades de política para focalizar los esfuerzos en áreas críticas y claves del desarrollo educativo. Se hicieron propuestas de prioridades previas a la gestión de los presidentes Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczinsky.
Con los años, el CNE fue ampliando sus espacios de intervención en campos que habían sido recomendaciones de política incorporadas en el PEN. Entre esos campos están la carrera pública magisterial, la evaluación del desempeño docente, el sistema integrado de Educación Superior, lo que demandó una nueva Ley Universitaria, de Institutos y Escuelas Superiores y un proyecto de ley de Acreditación para la Educación Superior. Además, el Consejo ha tenido activa intervención en las políticas curriculares, de educación rural y bilingüe intercultural y descentralización; y en el diálogo con las instancias regionales, con la cooperación internacional y diversas organizaciones nacionales que apoyan la educación. Las Mesas de Desarrollo Docente y de Descentralización, al igual que los Encuentros Nacionales de Regiones, los eventos nacionales e internacionales como los de currículo, inclusión educativa, sobre PISA y la universidad latinoamericana, así como la organización de un sistema de información para el seguimiento de los Proyectos Educativos Regionales, son parte de un esfuerzo más amplio.
¿Qué le espera al CNE en los años siguientes?
El Consejo Nacional de Educación nació como una institución que logra su incidencia en base a la seriedad de sus propuestas y no porque las mismas sean producto de una norma que obliga a cumplirlas. Estamos convencidos de que eso debe continuar así. La incidencia de las opiniones institucionales, por la solidez de sus fundamentaciones, son más importantes que las derivadas de una norma.
Los campos en los que se demanda la intervención del CNE seguirán creciendo porque la dinámica del mundo, del país y de la educación es muy rápida. Es la razón por la que hemos iniciado un proceso de fortalecimiento institucional que incluye la incorporación de un sector de especialistas, pero evitando el riesgo de convertirnos en una organización burocrática. Queremos sacar más provecho al funcionamiento de los plenarios y las sesiones del comité directivo. Asimismo, trabajar más intensamente el área de Comunicaciones para lograr mayor incidencia y seguir incrementando y estrechando los lazos interinstitucionales; en especial con las que son nuestras contrapartes naturales: el Ministerio de Educación, el Congreso de la República, los Gobiernos Regionales, las Universidades, los maestros y sus organizaciones, así como organizaciones de la sociedad civil comprometidas con el desarrollo educativo.
Dos comentarios finales: Cumplir quince años nos ha hecho pensar en quienes forjaron e hicieron realidad lo que es ahora el Consejo. Y nos ha invitado también a plantearnos desafíos que nos obligan a preguntarnos cuál es el CNE que queremos para los próximos años. Esto ha dado pie a que revisemos nuestra identidad institucional y a pensar en una nueva propuesta que refleje la imagen de una institución moderna y más consolidada. Es por ello que a partir de ahora disponemos de un nuevo logotipo que representa a un grupo de tres personas leyendo, interpretado a través de figuras geométricas, que expresan la importancia del crecimiento educativo e intelectual de una persona. Esto, sumado a la reestructuración de nuestra página web, contribuirá a que el Consejo continúe su senda de modernidad.
Asimismo, hemos iniciado los trabajos de un nuevo Proyecto Educativo Nacional. Mediante la Resolución Ministerial N.° 226 de este año, el Ministerio de Educación nos ha confiado liderar la evaluación del PEN al 2021 y la formulación del nuevo proyecto del PEN, que proponemos tenga como horizonte el 2036. Una comisión de consejeros ha empezado a trabajar en ello y, como en la ocasión anterior, involucrará la consulta a múltiples actores en todo el país. Seguramente expresará una continuidad de esfuerzos de política identificados en el PEN vigente, pero también nuevos desafíos en una perspectiva de renovación permanente.
Los próximos quince años serán un encuentro con situaciones de un futuro incierto, desafiante y que espera respuestas educativas de calidad para apoyar el desarrollo de las personas y el desarrollo transformador de nuestra sociedad nacional. Una de tales situaciones es la celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional, que no deberá ser una simple fecha conmemorativa sino una plataforma de impulso para que el Perú, con una educación de creciente calidad, dentro de un horizonte de igualdad de oportunidades educativas, pueda dar el salto cualitativo de poner el desarrollo al servicio de las grandes causas y deudas históricas nacionales.
Creemos que el nuevo PEN debe trascender la educación escolar y formal, situándose en el ámbito de la educación durante toda la vida, con una mirada intersectorial y teniendo como uno de sus ejes principales a la ciudadanía, a partir de la cual surgen una serie de demandas como la de los valores, la globalización, la calidad y equidad de la educación; la transformación económica, el aumento de productividad y el empleo; la salud mental y otros relevantes de nuestros tiempos.
Al pretender cubrir por lo menos tres períodos de gobierno, será importante que las responsabilidades en diferentes niveles de gestión sean identificadas con mayor especificidad y claridad que en el pasado.
Finalmente, deseo concluir agradeciendo a todas las personas y organizaciones nacionales e internacionales, que de diversa manera han colaborado con nosotros a lo largo de estos quince años de vida institucional del Consejo. Son tantas que si empiezo a mencionarlas pasaríamos largas horas. Nuestro agradecimiento a todos los que formaron y forman parte del equipo técnico y a los consultores. También a los que presidieron el CNE: Ricardo Morales, Patricia Salas, Andrés Cardó y Jesús Herrero; asimismo, a todos aquellos que fueron y son actualmente consejeros. Los logros institucionales y la celebración que hacemos por nuestros quince años, es una celebración compartida con todo este personal.
Solo un recuerdo de queridos consejeros que ya no están presentes: Walter Peñaloza, Constantino Carvallo, Antonio Brack, Ricardo Morales, Luis Jaime Cisneros, Jesús Herrero, José Rivero, Edwin Uribe y José Barletti. Estoy seguro que ellos habrían estado viviendo con gran alegría esta fecha. Por ellos y por la labor colectiva del Consejo Nacional de Educación, brindaremos en unos momentos.
Gracias.
Lima, 27 de abril de 2017
Comentar esta noticia