5 datos que revelan los complejos de antropología forense



5 datos que revelan los complejos de antropología forense
Dentro de la antropología física hay una especie de disciplina que, tanto en Perú como en el resto de Latinoamérica, adquiere una gran relevancia. Se trata de la antropología forense, la cual cuenta con sus propios complejos a los que nos solemos referir bajo el nombre de granja de cuerpos.

Estos espacios ubicados al aire libre sirven para hacer pruebas con cadáveres que se donan a la ciencia. Los resultados obtenidos en forma de datos tienen un valor incalculable para la criminología. Pero, ¿a qué información nos referimos? Seguidamente, describiremos cinco de los datos más importantes.

Qué y de qué manera afecta a la descomposición

Para un forense es realmente complicado saber qué factores han afectado al cuerpo de una persona fallecida. En este sentido, los complejos de antropología forense son de inestimable ayuda, ya que permiten apreciar con claridad cómo afecta cada aspecto que, de una u otra manera, puede pasar factura conforme el cuerpo acumula días en descomposición.

La temperatura es uno de los factores clave. Por ejemplo, si es elevada, el proceso de descomposición se acelera, sucediendo justo lo contrario en caso de que sea baja. A la lista hay que sumar otro factor climatológico como es el porcentaje de humedad, amén de aspectos que nada tienen que ver como la posición en la que se encuentra el cuerpo, además de la ropa que lleva y la alimentación llevada a cabo por seres vivos ubicados en las inmediaciones.

Gracias a la libertad que proporciona una granja de cadáveres, todos ellos se pueden someter a pruebas específicas para recrear escenarios muy concretos, ya sea enterrándolos a una mayor o menor distancia del suelo, sumergiéndolos en algún tipo de líquido o aplicando cualquier tipo de condición que requiera el forense para comprobar cómo reacciona el cadáver ante ella.

Cuánto tiempo lleva muerta esa persona

En base a los datos de descomposición que revela el complejo de antropología forense, el experto en la materia se ve capacitado para calcular con precisión el tiempo que ha pasado desde que el individuo falleció.

Sin una granja de cadáveres como la que hemos descrito en los primeros párrafos, sería realmente complicado obtener resultados precisos. Por suerte, la existencia de los citados complejos facilita las tareas a los forenses, quienes siempre tienen por delante una dura jornada de trabajo al analizar escenarios de lo más dantescos.

Identidad del individuo

Es habitual que los individuos fallezcan portando algún tipo de elemento que permita su identificación, como la cartera en la que se encuentra su Documento Nacional de Identidad. Pero, ¿y si no es así? Saber de qué ser humano se trata puede llegar a ser una quimera.

Afortunadamente, los complejos de antropología forense permiten hacer las pruebas necesarias con tal de averiguar no solo el nombre y los apellidos del individuo fallecido, sino también su edad, independientemente del nivel de deterioro que presente el cadáver.

Comportamiento de seres vivos en relación con los cadáveres

No importa cuál sea el lugar en el que fallezca una persona o en el cual arrojen su cadáver. En todos los casos, tarde o temprano hay diversos seres vivos que acaban haciendo acto de presencia. El complejo de antropología forense es clave para determinar cómo se comportan.

Los insectos desempeñan un papel crucial en lo que respecta a la descomposición cadavérica, pero no son los únicos. Del listado también forman parte numerosos animales de tipo carroñero, cuyo comportamiento se estudia en las granjas de cadáveres.

Resultados de las técnicas utilizadas para buscar cadáveres y recuperarlos

Conviene destacar que los complejos de antropología forense, en líneas generales, presentan unas dimensiones considerables. Gracias a ello, los expertos en la materia pueden realizar toda clase de pruebas, como las relacionadas con las técnicas que acostumbran a emplearse con un claro objetivo: dar con los cadáveres cuando su localización se desconoce, así como recuperarlos posteriormente.

Afortunadamente, con el paso de los años la tecnología utilizada ha evolucionado de forma considerable. Así lo demuestran los infrarrojos que son ideales para, en plena noche, dar cuanto antes con un cadáver. Pero, ¿qué técnica es más efectiva para cada circunstancia en concreto?

Suele decirse que los perros que se encargan de rastrear los cadáveres para encontrarlos en un tiempo récord son de los métodos más efectivos, pero no siempre es así. Con un complejo de antropología forense debidamente acondicionado, es viable hacer las pruebas necesarias para determinar qué técnica es la que conviene utilizar para cada caso en particular.

Como acabamos de ver, las conocidas coloquialmente como granjas de cadáveres desempeñan un papel crucial dentro del campo de la antropología forense y de la criminología en general. Es por este motivo que, en las últimas décadas, numerosos países han legislado a su favor, siendo conscientes de que proporciona información de gran valor que puede llegar a ser tremendamente útil para resolver incluso los casos más complicados.


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