A los colegios sólo les importa el tercio superior (León Trahtemberg)



A los colegios sólo les importa el tercio superior (León Trahtemberg)

El interesante libro de Eduardo Andere ¿Cómo es el aprendizaje en escuelas de clase mundial? (Pearson, 2015) resume sus entrevistas a directores y profesores de 40 colegios de 7 países del mundo que recorrió para conocer las diversas aristas de los sistemas educativos y vidas escolares. (Finlandia, Bélgica, Holanda, Suiza, EE.UU., Chile y México)

Me llamó la atención que casi todos los entrevistados, frente a la pregunta sobre los obstáculos que presenta la escuela actual para cumplir su rol, mencionaron dos: falta de motivación para el estudio por parte de los estudiantes, -mucho más comprometidos con las opciones que les brinda el mundo digital audiovisual-, y la precariedad y disfuncionalidad familiar, en cuanto a la vida en el hogar, acompañamiento de padres a los hijos en su vida escolar, y en el caso de América Latina el nivel de pobreza y/o cultural que en Europa se expresa con los migrantes.

Siendo así, me pregunto ¿a quiénes "les va bien" a criterio de los profesores? Una respuesta probable es "a todos aquellos que dejando de lado el atractivo de las opciones alternativas para su interés y/o sus propios problemas personales, se someten a los designios de una escuela que puede resultarles irrelevante pero con la que desean cumplir. Sea por atender las expectativas familiares, por tener entre sus metas personales la de "ser buenos alumnos", por ser dóciles y sumisos a los mandatos de la escuela, o por la facilidad que tienen para cumplir con lo que se les pide, hacen lo que se espera de ellos. ¿Cuántos son? Probablemente lo que se denomina el "tercio superior".

Dicho sea de paso, eso coincide aproximadamente con la cantidad de alumnos que optan por el bachillerato preuniversitario europeo para quienes en Europa seguirán estudios académicos universitarios (llamado "internacional" en América Latina), y con los alumnos latinoamericanos que son considerados los más aptos para seguir los estudios superiores por lo que se les da facilidades para el ingreso a las universidades.

Se requiere de colegios que inspiren y motiven a los alumnos en sus términos, con más abordajes psicológicos, pedagógicos, neuro-científicos y tecnológicos que meramente curriculares, que hagan de ellos un espacio de acogida y cuidado emocional, con más autonomía, capaz de proveer a los estudiantes de experiencias de aprendizaje más personalizadas y menos estandarizadas.

En lugar de gastar tanto dinero cada año en hacer nuevos textos escolares (que aportan poco a la innovación educativa), nuevos currículos (que son más de lo mismo con algunos cambios cosméticos) o evaluaciones censales (con resultados magros predecibles), ¿no será hora de invertir en "pensar" en serio en diseñar un nuevo concepto de colegio que imagine que el disfrute y éxito de los alumnos es la meta para el 100% y que esté más acorde con las realidades y posibilidades juveniles de estos tiempos? ¿No sería promisorio convocar las mentes más brillantes del Perú de los distintos campos profesionales, técnicos, artísticos y empresariales, para hacer un laboratorio de ideas innovadoras que imaginen ese nuevo concepto de colegio y acompañen su puesta en marcha? ¿No puede aportarle el Perú al mundo el producto de esta innovación -que es una necesidad sentida por todos los países-?





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