En el marco del desarrollo del currículo escolar, la pedagogía moderna recomienda realizar unidades didácticas que articulen coherentemente saberes de diferentes disciplinas académicas. Por eso en los planes de estudios de la educación básica en nuestro país desde hace varias décadas se consideran áreas curriculares, tales como las siguientes: Personal Social, Historia, Geografía y Economía, así como Ciencia, Ambiente y Tecnología. Se busca además que a partir de hechos significativos del mundo que nos rodea y de la actualidad los estudiantes aprendan de manera integrada competencias de diferentes áreas. Esto obliga a que el currículo sea flexible, abierto y pertinente.
Es necesario asegurar cuanto antes condiciones de seguridad, sanidad y educabilidad en los locales escolares, así como desarrollar planes de recuperación de clases para los alumnos y alumnas que ya están asistiendo a clases, o para los que lo hagan más adelante. Pero también, de acuerdo con el nivel y grado educativo, estudiar lecciones que les permitan a los escolares construir respuestas educativas interdisciplinarias, desde las ciencias, las humanidades y las tecnologías, a interrogantes tales como: ¿Cuáles son las causas y cómo se producen las lluvias, los huaicos y las inundaciones? ¿Qué es el Niño costero? ¿Cuáles son sus consecuencias sociales, emocionales, sanitarias, productivas, económicas, etc.? ¿Cómo interiorizar y practicar el valor de la solidaridad con las personas y los pueblos afectados? ¿Qué es el calentamiento global? ¿Hay políticas y medidas públicas de prevención e intervención oportuna ante situaciones de emergencia?
Estas sesiones deben darse ahora, más allá de los cronogramas previstos en los programas anuales de estudios.
Comentar esta noticia