EFECTO DE ETIQUETAR: ayer postié una recomendación de no llamar autistas a niños con autismo, lo mismo que es aplicable a no llamar ciegos a quienes tienen una limitación visual, o niños down a los que tienen el síndrome de down, porque la etiqueta va a la identidad de la persona -que se convierte en una categoría independiente de su valor individual- en vez de aludir a su condición particular.
Algo similar ocurre con los niños que nacen como mellizos o trillizos. Al referirse a ellos como "los mellizos" se convierte a los dos en uno, se sacrifican las identidades particulares para darles una identidad colectiva. Al asumirlos como mitades idénticas de un todo se diluyen las diferencias entre uno y otro lo que debilita a ambos. A eso se agrega vestirlos igual, peinarlos igual, comprarles los mismos juguetes, jugar con los mismos amigos, etc. Esos niños van a aprender a su modo a convivir, complementarse, cooperar, pelear, pero su vida sería mucho más llevadera y sana si cada uno pudiera reconocerse y ser reconocido como diferente, sin que eso signifique desconocer los atributos comunes a ambos. Después de todo, ¿no es por eso que se pone un nombre diferente a cada hijo?
Condición particular o Identidad No me parece adecuado que se etiquete a una persona como "autista" (en todo caso, es una persona con autismo), y mucho menos que se destaque su desempeño aludiendo al autismo (con lo que se acentúa su condición más que su talento). Aclarado ese detalle que aparece en la glosa de youtube (para fines pedagógicos) vale la pena escuchar a esta niña Kaylee Rodgers cantando 'Hallelujah' con el Killard House Special School choir
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