MINEDU aprueba el Currículo Nacional: Luego de casi cinco años de trabajo el Ministerio de Educación publicó la Resolución Ministerial Nº 281-2016-MINEDU, que aprueba el Currículo Nacional y dispone implementarlo a partir del primero de enero del 2017 en todas las instituciones y programas educativos de educación básica públicos y privados. Consecuentemente, a partir de ese momento se dejará sin efecto el Diseño Curricular Nacional aprobado el año 2009 y la Resolución Ministerial Nº 199-2015-MINEDU, que modificó los contenidos de varias de las áreas de formación.
No debe haber sido una decisión fácil la adoptada por las autoridades del Ministerio de Educación, porque es el resultado de un proceso complejo de elaboración, que quizá duró más de lo debido y que por sus características es muy difícil que alcance consenso.
Lo importante, luego de la emisión de la norma, es que las autoridades del Ministerio de Educación tomen conciencia de que este proceso no concluye con la aprobación. Todavía hay un largo trabajo por realizar que continuará más allá de lo que es el actual período de gobierno. Al 5 de junio solo se ha colgado en la web del Ministerio de Educación únicamente el marco general del currículo faltando la programación de cada nivel y modalidad de la educación básica. Al respecto, hay una consulta que el Ministerio de Educación ha iniciado las programaciones curriculares de los niveles de inicial, primaria y secundaria de la educación básica regular que seguramente dará lugar a mejorar los documentos aún no publicados. Pero, si fuera necesario tendrían que organizarse otras reuniones o consultas que ayuden a comenzar una validación de los programas curriculares durante este año a fin de que el profesorado esté en las mejores condiciones de aplicarlo. No hay que olvidar que siendo importante el documento ya colgado en la web, para el docente los documentos aún no publicados son más importantes por ser sus herramientas directas de trabajo.
Se recuerda igualmente que si se quiere que el currículo de toda la educación básica sea aplicado a partir del 2017, es urgente que se hagan conocer las propuestas para la educación básica alternativa y la educación básica especial, que también requerirán períodos de consulta, perfeccionamiento y validación.
En síntesis, lo que se requiere es tener mucha claridad en lo que falta para llegar a la meta del 2017 y qué hay que hacer después de ello. Para lo primero es indispensable dar a conocer cuál es la estrategia y programación, en detalle, de todas las actividades que se requieren ejecutar en lo que resta del presente año para lograr que el inicio de la implementación del Currículo Nacional en el 2017 se realice con difusión, capacitación, materiales, acompañamiento, seguimiento y monitoreo de implementación asegurados y en las mejores condiciones. Similar esfuerzo de programación deberá realizarse después de iniciada la implementación.
Dado que las actividades de formulación e implementación exigirán un tiempo mayor que el disponible para el actual gobierno, sería recomendable tener en cuenta la propuesta que antes de aprobarse el Currículo Nacional diera el Consejo Nacional de Educación. Ha planteado que al estar en un período de transición gubernamental, deberá conformarse una mesa de trabajo permanente entre los actuales responsables del currículo y los que se encargarían del mismo a partir del 28 de julio a fin de asegurar la continuidad de esfuerzos. Esta coordinación resulta clave, de un lado, para dar continuidad a lo que empezó este gobierno, y de otro lado, para fijar las líneas principales de lo que sería el plan de implementación curricular. Es claro que desde que comience la nueva administración hasta que se inicie el siguiente año escolar es poco el tiempo disponible que para la gran cantidad de tareas que necesitan ejecutarse. Además, las mismas demandarán recursos, concertaciones con instituciones de capacitación y de producción de textos y materiales, adecuar sistemas como el SIAGIE, entre muchos otros.
Una última reflexión que se quiere expresar en relación al nuevo Currículo Nacional es que el proceso seguido deja muchas lecciones, algunas que deben continuarse adoptando pero otras que hay que corregir respecto a cómo proceder en procesos de actualización futura del Currículo. La experiencia adquirida debería, por ejemplo, llevarnos a preguntar si el plazo de cinco años que se establece en la Ley para renovarlo es el adecuado, si se requiere un plazo mayor o si el criterio debe ser concebir un proceso permanente en el que se evite cambios muy significativos cada cinco años. Sería deseable que el equipo que acompaña al ministro Saavedra pueda sistematizar su experiencia destacando las fortalezas y limitaciones de este largo proceso y que formule un conjunto de sugerencias sobre cuáles podrían ser las alternativas que otras administraciones pueden optar. Una reforma como la que se acaba de aprobar no debería ser -ni es deseable- que se produzca cada cinco años sino luego de un período mucho mayor. En el intermedio podría optarse por alternativas como ir actualizando el currículo de un grado o ciclo de enseñanza, o de no todas las áreas de formación. Para INIDEN, más que pensar en modificar la norma que establece el plazo de renovación del currículo lo aconsejable es definir qué se puede hacer en ese tiempo. A título ilustrativo, la nueva administración de gobierno podría plantearse no reformar todo el currículo de la educación básica sino hacerlo por grados, por ciclos o nivel educativo. Otra alternativa es empezar por ciertas áreas de formación e ir avanzando en el tiempo con el resto. Serían estrategias que además facilitarían la organización de planes de capacitación y acompañamiento más concretos y eficaces, desterrando el fantasma de la incertidumbre en materia curricular.
Apuesta por la Jornada Escolar Completa
Desde hace varias décadas se afirma en América Latina y en varios países del mundo que la educación secundaria es la "cenicienta de las reformas". Se reforman otros niveles de enseñanza pero no la secundaria. Aunque la afirmación no es totalmente cierta pues todavía queda mucho por hacer en la educación primaria y en la educación superior, lo cierto es que el Perú no ha sido una excepción en esta crítica pero agravada por dos situaciones: (a) la jornada diaria de asistencia en los colegios es de cinco horas; es decir, 25 horas a la semana; y (b) el Perú, al igual que Colombia son los dos únicos países latinoamericanos que tienen una secundaria de cinco y no de seis años, como es en el resto de la Región. Se podría argumentar que una característica del desarrollo de la educación en las últimas décadas fue favorecer las oportunidades para niños de tres a cinco años, pero hay que reconocer que esa también ha sido una política seguida por los otros países.
Durante la actual gestión de gobierno las políticas educativas han dirigido sus esfuerzos en la educación secundaria hacia principalmente dos medidas. La primera es expandir la cobertura de los Colegios de Alto Rendimiento (COAR) que durante el gobierno de presidente Alan García había comenzado con la organización del primero en Lima atendiendo estudiantes de tercero, cuarto y quinto. Actualmente, los COAR funcionan en 22 regiones del país. La segunda medida ha sido la puesta en marcha de los colegios de Jornada Escolar Completa (JEC) en donde el objetivo fundamental es superar el déficit de horas de formación que tienen los estudiantes de ese nivel de enseñanza, ampliando su jornada de permanencia en el colegio hasta 35 horas cronológicas durante la semana.
En el año 2015 se empezó con mil colegios de JEC y para el 2016 el programa se expandió a 1,602, en todo el territorio nacional. De acuerdo a lo planteado por el Ministerio de Educación, la ampliación del horario en los colegios de JEC no implica un currículo diferente al resto de escuelas secundarias sino que ayuda a profundizar algunos aspectos clave de la formación de los estudiantes. Además, facilita la aplicación de variadas estrategias didácticas, el uso de nuevos recursos y herramientas pedagógicas, así como una gestión más centrada en los aprendizajes con mejores condiciones de oferta del servicio educativo; por ejemplo, se produce una mejor organización de los servicios de tutoría, se organiza un programa de refuerzo pedagógico, se aprovechan mejor los recursos digitales, se programan más horas de inglés, arte, educación física y educación para el trabajo.
Si bien dos años es poco para hacer una evaluación pormenorizada del programa, es posible identificar algunos componentes de su funcionamiento que pueden considerarse fortalezas y otros como debilidades. Lo que continúa es una identificación de esos componentes a partir de testimonios recogidos de profesores que trabajan en los colegios de JEC y de una encuesta a estudiantes y padres de familia que el Ministerio de Educación encargó para conocer la percepción que tienen sobre el programa.
En primer lugar, existe consenso unánime en apoyar la JEC y muchos opinan que debe ser el camino que hay que adoptar gradualmente en el cien por ciento de las escuelas secundarias para mejorar la formación integral, científica y humanística de los estudiantes. Solo cinco horas de trabajo en el resto de las secundarias han terminado por sacrificar la formación actitudinal, en valores y ciudadanía, al igual que parte importante de lo que debe ofrecerse en comunicación, matemáticas y ciencias naturales. Los estudiantes de quinto de secundaria egresan con muchas debilidades de formación que afectará definitivamente su formación futura. El paso, en el largo plazo, con más recursos disponibles, tendría que ser extender necesariamente la duración de la secundaria un año más.
Una segunda característica valorada en la JEC es que en los colegios donde se implementa, se avanza en el diseño de una estructura de organización que ha venido estando ausente en el resto de colegios de la secundaria. Al equipo directivo se suman los coordinadores pedagógicos, el coordinador de tutoría, el coordinador de innovación y soporte tecnológico y el coordinador administrativo y de recursos educativos. En la percepción de estudiantes y padres de familia no solo hay más personal profesional que en el resto de colegios, sino que consideran que tanto el personal docente como el administrativo cumplen su tarea con eficiencia, que el clima institucional reinante respalda un buen trato para el estudiante.
No cabe duda que el objetivo de contar con una estructura de organización fortalecida tiene un costo importante. Sin embargo, el mismo puede financiarse en gran medida con un mejor empleo del personal docente que trabaja en las aulas. La relación estudiantes por profesor es muy baja y puede elevarse sin afectar la calidad del servicio.
La programación curricular que se ha adoptado para los colegios JEC es otro de los aspectos que docentes y estudiantes aprecian. La gran mayoría de estos últimos considera bueno o muy bueno el apoyo que reciben de reforzamiento en las áreas de comunicación, educación para el trabajo y el tiempo y uso que se facilita para aprovechar las computadoras en clase. Asimismo, lo que se hace como refuerzo en matemáticas, la integración de la tecnología al proceso de enseñanza, el uso de las aulas funcionales y de los espacios de participación que se les brindan.
Cierto es que hay mucho por mejorar. Los estudiantes y profesores observaban las deficiencias de la conectividad en varios lugares del país, lo que se convierte a veces en un factor de desánimo para quienes deben aprovechar las herramientas de internet. Otros, que se han estado implementando en algunos colegios JEC sin infraestructura suficientemente preparada. Un tercer grupo en los que no obstante lo riguroso de los procesos de selección, muestran que no es fácil contar con profesores idóneos para integrarse al programa. En cuarto lugar, están las preocupaciones de quienes reciben bonificaciones que no están en las expectativas que se habían fijado, en gran medida debido a que a pesar de haberse incorporado al 100% de docentes a la Reforma Magisterial, los alcances de esta ley todavía distan de estar generalizados. Hay directores y personal jerárquico que provienen de la Ley del Profesorado y reciben bonificaciones muy poco atractivas.
Profesores del resto de la secundaria han mirado con aprecio lo que en materia curricular se hace en la JEC. Es un dato importante si se tiene en cuenta que los programas innovadores en secundaria deben alimentarse unos a otros. Lo importante, al momento de hacer una evaluación del programa es demostrar que las horas adicionales de la JEC están plenamente justificados.
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