El domingo 28 de mayo se realizó un nuevo concurso de nombramiento de profesores al que se presentaron alrededor 220 mil postulantes para un total de 20 mil plazas: El concurso, además de cubrir las plazas de nombramiento, servirá para los que no las alcancen, como referente para una plaza de contrato durante los años 2018 y 2019.
De la evaluación lo que se puede decir es que con los años el Ministerio de Educación ha venido ganando experiencia, lo que le ha permitido perfeccionar sus instrumentos de selección de postulantes. Atrás quedaron los tiempos en los que se planteaban denuncias de filtración o robo de las pruebas. Lo que aún no logra superarse, pues demanda una logística más compleja, es la ampliación del número de locales donde los docentes deben rendir la prueba. Para algunos, presentarse a rendir la prueba significa viajar hasta dos o tres días de su lugar de residencia. Ciertamente no es un tema de solución fácil.
Quienes sean aprobados en esta primera fase de la evaluación pasarán a la segunda, de carácter descentralizado, que definirá si fue posible cubrir el total de vacantes o no.
Una de las dificultades en años anteriores para cubrir la totalidad en plazas vacantes para nombramiento ha sido la resistencia de algunos profesores a ir trabajar a lugares muy distantes de sus lugares de residencia no obstante haber ganado una plaza. La renuncia obliga a cubrir la plaza con un contrato y, consecuentemente, aumentar el número de profesores que trabajan bajo ese régimen. A principios de este siglo los profesores contratados eran alrededor de 40 mil; ahora suman casi 140 mil. No solo es un asunto de mayores incentivos económicos; también es importante generar condiciones de vida digna para los que van a lo más profundo de la geografía del país. Vivienda, acceso a materiales y oportunidades de capacitación y acompañamiento, ofrecimiento garantizado de que luego de un tiempo serán acercados a la ciudad son parte de esos estímulos que podrían establecerse.
La postulación de un promedio que va de 180 mil a 220 mil maestros a este tipo de concursos lleva igualmente a reflexionar sobre la planificación de la oferta y demanda de formación de profesores. Si bien una parte de los que postulan están trabajando como contratados, sea en el sector público como en el privado, hay una cantidad importante, seguramente cerca de 100 mil que no cuentan con empleo y han egresado de algún centro de formación docente.
El enfrentamiento de los problemas de desempleo de esos egresados tampoco tiene solución fácil, en especial por dos razones. Por un lado, la matrícula no crece tanto como en décadas anteriores pues el ritmo de crecimiento de la población en edad escolar ha disminuido y seguirá haciéndolo por unos años más. Por otro lado, porque en promedio, muchas regiones han llegado a unos niveles de carga docente en donde, más que demandar nuevas plazas lo que necesitan es optimizar el uso del personal: distribuirlo mejor, formar en las especialidades deficitarias, reducir la formación en áreas donde hay exceso de profesores.
La optimización del uso de recurso docente será en los años siguientes un factor clave en las posibilidades de mejorar la carrera docente. Crear más plazas docentes de las que se necesitan solo alejará las posibilidades de que los profesores alcancen mejores sueldos. Es una decisión muy difícil pero que habrá que evaluarla en todos sus ángulos.
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